miércoles, 6 de noviembre de 2013

Tormenta



Se desvanecen muertas las hojas vespertinas

tejiendo presurosas su alfombra de nostalgia,

y acarician los sueños imprecisos, prendidas

de las concupiscentes mariposas del tiempo.

Los horizontes beben recelosos los cirros

junto a las horas negras presentidas. Las olas

cálidas del verano cabalgan por parajes

perdidos en el cielo. Cárdenos nubarrones

se ciernen inmutables sobre el cenit oscuro

de la tarde. Centellas oblicuas, en zigzag,

anuncian deslumbrantes el fragor de los truenos.

Cuando los grillos callan su voz, y las veloces

lagartijas encuentran la anhelada oquedad,

estalla la tormenta abriendo sus fauces húmedas.


Felipe Tajafuerte

2013

16 comentarios:

  1. Las tormentas me gustan, desde siempre, desde que las veía descargar en el mar, ahora que he leido tu tormenta me gustan mas y cuando el cielo baje y descuelgue las nubes grises, cuando eso ocurra me acordaré de tu descripción.
    Un abrazo

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    1. A mi también me gusta verlas bien resguardado, y olerlas. Abrazos

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  2. Hola Felipe. ¿Con qué quedarme? ¿Con tus palabras de tormenta o con la linda fotografía con que las acompañas? Difícil dilema; me quedo con las dos.
    Ángel

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    1. Puedes disfrutarlas todo lo que quieras. Así me gusta, que no excluyas nada. Un abrazo

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  3. La has ilustrado muy bien con tu fotografía, pero no es necesario para las palabras. Muy bueno, Felipe.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Paco. A mí se me ocurre una cada tres o cuatro meses y a ti cada tres o cuatro minutos. Un abrazo

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  4. Hermosa descripción, bien acompañada de la fotografía.

    Un abrazo.

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    1. Siempre es bueno complementar las palabras con una imagen. Abrazos

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  5. No me gustan las tormentas, soy como esas veloces lagartijas buscando su oquedad. No así tus versos que me han gustado mucho.
    Un abrazo

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    1. A mí, bien cobijado, me gustan. Me parecen un buen espectáculo que afecta principalmente a tres sentidos: vista, oído y olfato. Abrazos

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  6. Me gustan las tormentas, y me gusta tu poema, pero especialmente eso de "Se desvanecen muertas las hojas vespertinas", y que desaparezcan de mi parcela, que se las lleve el viento, la tormenta o lo que sea.
    Saludos

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    1. Pero se desvanecen para tejer su alfombra de nostalgia. No seas vago y dale marcha al recoge-hojas. Un abrazo

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  7. Y olor a ozono ¿lo has percibido? Un abrazo

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  8. Me da la impresión de que tú estabas más cerca del chiringuito que de la tormenta. Un beso

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  9. Nada, que a jubi se le ha escapado la cabra.
    Preciosa poesía Felipe, a veces nos sale cantar, otras llorar, hablar, reír ... es bonito y necesario, para nuestra paz interior, dejar que nuestros sentimientos vuelen libres, es una necesidad.

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    1. Hay tiempo para todo ahora que el ajetreo laboral se ha desvanecido como las hojas vespertinas. Besos

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