miércoles, 27 de noviembre de 2013

El tesón de un pueblo

Mientras recorremos los poco más de veinte kilómetros que separan Tudela de Cortes, lugar donde vamos a tener la aproximación inicial a los actos previstos para el día de hoy, el Moncayo nos muestra su falda nevada emergiendo de las plúmbeas nubes que lo envuelven. Nuestra primera visita programada es la del Castillo de Cortes.

Esta fortaleza, con una superficie construida de más de 4.500 metros cuadrados, se alza en el centro urbano de la localidad. Sus orígenes son muy antiguos y se pueden remontar a la época de la dominación musulmana, antes de la reconquista por Alfonso I el Batallador en 1119. Fue uno de los principales baluartes medievales del reino de Navarra debido a su situación fronteriza con Aragón. Perteneció durante más de doscientos años a los reyes navarros, quienes aprobaron reformas sucesivas que fueron transformado su carácter militar por uno más señorial, y cuyos salones fueron escenario de bodas reales y otros actos institucionales.

En el siglo XIX tuvo lugar una ampliación y restauración de estilo neogótico, continuando su ocupación hasta finales del siglo XX en que falleció su último propietario. En 1997 el Ayuntamiento de Cortes, no queriendo dejar en el olvido los siglos de historia, de la que sus muros son testigos silenciosos,  lo adquirió e intentó darle, sin éxito, alguna utilidad práctica. Se propuso para ser la sede de la Comunidad de Bardenas Reales, para parador nacional y para hotel, cosechando fracaso tras fracaso. Ante su inminente ruina, el consistorio efectuó inversiones para la conservación de las cubiertas y las murallas. Al no poder hacerse cago de su mantenimiento, sacó a concurso su gestión, y éste quedó desierto.

El torreón
El año 2007 un grupo de vecinos, los Amigos del Castillo de Cortes, ante el deterioro del edificio, se aunaron para reformar, con sus propias manos, una de sus alas. Rehabilitaron de forma totalmente altruista varias dependencias. El año 2012 vieron recompensados su tesón y sus esfuerzos al serles concedida una subvención con la que el Ayuntamiento acometió las obras para completar la  restauración de dicha ala con el fin de abrirla a las visitas del público. Esta apertura ha tenido lugar el pasado mes de septiembre, tras los arreglos en el patio de armas. El grupo de voluntarios ha colaborado muy eficazmente en estas restauraciones parciales, que tienen previsto continuar, y oferta y realiza las visitas guiadas al castillo. 

Cuando llegamos al pueblo, el día amenaza lluvia, está muy desapacible y no se ve un alma por la calle. Nuestras guías se presentan muy pronto y nos dividen en dos grupos para poder transitar con holgura por las dependencias interiores. Previa al comienzo de la visita, nos facilitan toda la información que acabo de relatar en el párrafo precedente. Trasmiten el entusiasmo y orgullo que les aporta las acciones que ha realizado y vienen realizando para dar a conocer este inmueble, emblema de su pueblo.

La puerta de carruajes
Penetramos al interior por la puerta de carruajes, flanqueada por dos torreones, y accedemos al patio de armas. De sus muros totalmente enjalbegados, muy limpios, destacan unas repujadas rejas. Enfrente, uno de los tres torreones de que constaba el antiguo castillo, al que no podemos acceder. A la izquierda unas escaleras por las que se asciende al piso superior. A la derecha, dependencias de servicios por las que pasamos a una bodega, con bóveda de cañon, en la que hay una serie de tinajas.

El patio de armas

La bodega

Volvemos al patio y subimos las escaleras que nos llevan directamente a la parte noble, al pasillo principal.  Grandes ventanales dejan penetrar la luz exterior del patio, a la derecha, cuatro puertas con jambas y dinteles con motivos platerescos. Las dos primeras corresponden a un comedor muy sobrio en uno de cuyos laterales se encuentra una pequeña capilla a la que no le falta ni una diminuta sacristía.

El pasillo principal
Tornamos al pasillo y por otra de las puertas entramos en el salón principal, en forma de ele, situado en un nivel un poco inferior gracias a unos escalones de madera. Está impecable. Todo el mobiliario es original, limpiado y reparado por los voluntarios. La alfombra es comprada y la lámpara está también confeccionada por un vecino del pueblo. Me llama la atención un piano muy peculiar.

La entrada al comedor
Traspasamos la puerta que nos lleva al salón de te, una sala espaciosa, pintada de blanco, con unos preciosos muebles también originales. Sobre una de las mesas, un gramófono muestra orgulloso su prominente bocina de color verde. Cuadros y espejos adornan las paredes, en una de las cuales, una chimenea abre sus negras fauces.

El salón de te
Por una puerta ojival entramos en el pasillo de las habitaciones que también servía de salón de baile. A la derecha una chimenea, a ambos lados del salón, unas sillas muy curiosas y los cuadros familiares.Al frente, el paso al vestidor y a la habitación de la condesa en la que, junto a la cama, nos han dejado a la vista un vetusto orinal.

Salón de baile

Habitación de la Condesa
Al otro extremo de la chimenea, subiendo unos escalones, una puerta nos devuelve al pasillo principal. Echamos un vistazo a un aposento que llaman del torero, cuya restauración van a acometer en breve, y salimos al exterior, a una terraza que podría ser el paso de ronda por las murallas, para dar la vuelta, bordeando el torreón, hasta llegar a una nueva entrada en lado opuesto.

Nos introducimos de nuevo, bajamos unas escaleras y vemos una estancia con un gran tapiz en el que se describe la batalla de Aibar donde Carlos, el Príncipe de Viana, se rinde a su padre Juan II de Aragón, usurpador del trono de Navarra. Seguidamente, en otra bodega examinamos una bonita maqueta del castillo realizada por un aficionado tudelano.

Como todo castillo que se precie, también tiene su leyenda. Es aquí donde escuchamos las vicisitudes de la niña Victoria, cuyos padres le cortaron los pies para evitar lo que hoy día llamaríamos su hiperactividad. Cuentan que su espíritu vaga errabundo por los salones del palacio. 

Puerta de salida al parque
Salimos al exterior por la puerta que da a la antigua huerta, hoy parque municipal. Una fina lluvia nos obliga a utilizar los paraguas. El recorrido lo hacemos cada uno a nuestro aire deteniéndonos en aquello que más llama nuestra atención. El arbolado está constituido por especies muy variadas y bien dispuestas.

Un cisne muy coqueto
En el estanque, los patos lavan su colorido plumaje, y los cisnes, muy coquetos, posan para que les hagamos las fotos. En uno de los lados de este extenso jardín, se encuentra una plaza provista de un escenario al aire libre donde tienen lugar los diversos eventos programados a lo largo del año.

El escenario de la plaza del parque
Caminando hacia la salida observo dos curiosas bombas de agua, una de 1850 y la otra de 1900. Veo también un arado romano y otro de reja o braván, y algún apero de labranza más, distribuidos por el sendero.

Bomba de agua de 1900

Bomba de agua de 1850
El tiempo restante hasta la hora de la comida, la dedicamos a realizar una breve visita a la iglesia parroquial de San Juan Bautista, en cuyo exterior se erige una torre de ladrillo, con el primer cuerpo cúbico adornado con rombos de estilo mudéjar, y dos cuerpos superiores octogonales rematados por un chapitel con forma de bulbo. En el interior, un retablo mayor renacentista del siglo XVII,  en una capilla lateral un Cristo barroco de Juan de Biniés y, destacando sobre todo esto, en un retablo barroco, situado en el lado del evangelio,una bella imagen flamenca, policromada, del siglo XV, sobre una columna a modo de la Virgen del Pilar. Según cuenta la tradición fue donada por la reina Blanca I de Navarra y Evreux. A los piés del templo, un crucifijo del siglo XV, de gran valor, que los peregrinos portan inconscientes durante la javierada.

La iglesia desde la terraza del castillo
Terminada esta visita, nos encaminamos a un restaurante de la localidad para dar buena cuenta de una sencilla comida. A continuación, nos dirigimos a un cercano pueblo aragonés para cumplir con la última cita prevista, y conocer la Casa Palacio de los Condes de Bureta. Pero eso, probablemente, será objeto de una entrada posterior.

20 comentarios:

  1. ¿Te puedes creer que he estado en la puerta de carruajes
    y por no llevar un caballo atado a mi utilitario no me han dejado entrar?
    Pero me he vengado, he dejado el coche a la puerta y he recorrido la mayoría de los sitios que tu me ibas comentando.
    Saludos

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    1. Me ha parecido verte en una esquina, pero no te he saludado porque no estaba seguro de que fueras tú. Te envío ahora mi saludo

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  2. Una magnífica visita descrita al detalle. No me importaría tomar algo en el salón de té.
    Curiosas esas bombas de agua.

    Un abrazo Felipe.

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    1. Lo siento, pero no dejan tomar nada en los salones porque, después de lo que les ha costado limpiarlos, no quieren que se los manchen de migajas y café. Abrazos

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  3. Han hecho un buen trabajo, el castillo y sus dependencias han quedado impecables y tu forma de contarlo es tan amena que todos vamos contigo, disfrutando de tu compañía. Un abrazo muy agradecido, el café lo pago yo

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    1. Acepto tu invitación, Ester, pero debes tener en cuenta que a mí, lo que más me gusta del café, son las pastas. Abrazos

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  4. Excelente reportaje, Felipe. Para mí es un orgullo contar con un paisanaje tan amante de su pueblo. Toda mi admiración y respeto para ellos.

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    1. En esta visita, quedó muy patente la ingente, incansable y admirable labor realizada por tus paisanos (y paisanas) cortesanos (y cortesanas). Un abrazo, maestro.

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  5. Pero qué palecete más precioso!!!! y el cisne.... lo cogiste en un momento coqueto!!!! Esos frío aires del Moncayoooo!!! Besos mil amigo.

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    1. Liova, ya lo ves, si no hubiera sido por las gentes del pueblo, poco a poco hubiera desaparecido. Besos

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  6. Menos mal que estaban ahí los Amigos del castillo de Cortes para salvar un castillo que nadie ha querido. Hubiera acabado como tantos otros en España sin ellos.
    Un saludo.

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    1. Todo el pueblo de Cortes, con su Ayuntamiento a la cabeza, tenían muy claro que querían conservarlo. Afortunadamente lo han conseguido. Saludos

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  7. Vaya Castillo, y es verdad que la unión hace la fuerza. De no ser por vecinos el castillo se hubiera quedad¡o en ruinas. Habría sido una pena.
    Buenas fotos.
    Un abrazo y buen finde

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    1. Es digno de admiración lo que han hecho estos Amigos. Vimos el aposento del torero que junto, al despacho del conde y su despacho, va a ser rehabilitado el próximo año, y estaba hecho un desastre, casi escombros. Volveré más adelante para ver las nuevas restauraciones. Abrazos

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  8. Buenas noches Sr Felipe!!
    Ante todo darte las gracias por dedicar una de las entradas de tu magnifico blog con este excelente articulo y estas fotos tan bonitas del Castillo de Cortes.Los Amigos del Castillo de Cortes te lo agradecemos sinceramente.
    Tan solo una cosica,la alfombra del Salón Principal no fue comprada si no donada por una voluntaria.
    Con tu permiso vamos a publicar el enlace en el facebook del Castillo y en la página web www.castillodecortes.com
    Lo dicho GRACIAS de corazón y enhorabuena!!

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    1. Queda aclarado lo de la alfombra, no siempre entendemos bien las cosas cuando se nos explican. Gracias por los elogios que has vertido sobre esta entrada pero, sobre todo, por el afán que habéis puesto en conservar esa joya para vuestro pueblo y para Navarra. Al poner mi enlace en vuestra web me hacéis un honor y la enhorabuena es para vosotros. Gracias de nuevo

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  9. Soy una de los tantos voluntarios que tiene este magnifico Castillo de Cortes y me ha impresionado el reportaje tan maravilloso que ha hecho de él, muchísimas gracias por tan bonito trabajo que ha realizado de su visita.

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    1. A nosotros sí que nos impresionó vuestra dedicación y empeño en sacar adelante vuestro proyecto. Es muy grato para mí saber que ha sido de vuestro agrado esta entrada que he realizado sobre la visita a vuestro castillo. Gracias por tus amables palabras.

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  10. Magnífico tanto las fotos como las explicaciones. Y veo que el palacio está muy bonito. Yo que soy de Marcilla y tenemos uno de los mejores castillos de Navarra , veo que los adornos de las salas están muy bien, si algún día vas a mi pueblo ya comentarás algo a ver qué te parece. Un abrazo.

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    1. Lo tengo in mente pendiente de visitar, por unas cosas y por otras sed me va pasando el tiempo. Cuando llegue la ocasión, lo intentaré, pero los que somos aficionados a esto de juntar letras, no depende de las cosas que ves, por extraordinarias que puedan ser, sino de encontrar la vena y poder expresar lo que sientes. Abrazos

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