miércoles, 29 de agosto de 2012

Palabros


Tendido en la tumbona contemplaba el cielo estrellado de una cálida noche de agosto en espera de que alguna de las furtivas lágrimas de San Lorenzo se dejase ver.  Poco a poco me fui adentrando en ese agradable sopor en el que todo se torna real e irreal al mismo tiempo de forma evanescente. Sin saber la causa rememoré un encuentro casual durante uno de mis paseos hace unos años. A pesar de tratarse de una ilusión onírica, me parecía estar viviendo realmente aquel recuerdo lejano.

Caminábamos tranquilamente mi hermano y yo por las cercanías de su huerto, cuando vimos venir hacia nosotros un hortelano un tanto cariacontecido al que mi acompañante reconoció de inmediato.

- Hola, Carlos. ¿Cómo tú por aquí? ¿Que te pasa que vienes con esa sofoquina?
- Nada, que vengo del zauril encangrenao.
- ¿Pues?
- Porque soy un agre y un cagansias. Anoche dejé abierta la tajadera para regar a aguacibera, me marché y se ha regado hasta la enclavación.
- Hombre, eso es lo que pretendías ¿no?
- Sí, pero el agua ha entrado de revíscula, se ha quedado mostrenca y se ha formado un mampoche de cojones. Con que ya ves que chandrío tengo, parezco el capacico de las hostias. 

Yo seguía la conversación atónito por el vocabulario empleado. Intuí que sofoquina era el acaloramiento. Sabía que el zauril era un paraje cercano situado junto a un manantial descubierto por un zahorí. Conocía que tajadera era la compuerta de las acequias de riego. Lo de encangrenao también comprendí que significaba estar muy, pero que muy enfadado y que chandrío se utilizaba para designar algo parecido a un desastre. Había leído así mismo que cagansias es un inquieto, un impaciente y que, además, lo quiere todo para sí. Del resto no me había enterado de nada.

Una vez que se despidieron, inquirí el significado de las palabras que no había comprendido a mi hermano, indudablemente más ducho que yo, por su oficio, en el trato con la gente del campo.

- Es sencillo. Entrar el agua de revíscula, es decir que penetra del revés, de retroceso, en sentido contrario; como el agua del mar en las rías cuando sube la marea. Se queda mostrenca en el momento en que permanece estancada por haber alcanzado en la finca el nivel suficiente para no recibir más. Entonces se mampocha, lo  que quiere decir que se hace un barrizal similar a los terrenos pantanosos.
- Regar a aguacibera es regar a manto. Hasta la enclavación  significa absolutamente todo. Ser el capacico de las hostias ya te puedes imaginar que es como ser el pupas, aquel en el que recaen todas las desgracias. Agre para trabajar es quien tiene coraje y no se le pone nada por delante.

- Algún día tienes que escribir sobre estos palabros que empleamos en Tudela y La Ribera.

Sonreí tentado por la idea y seguimos nuestro paseo...


... El relente hizo que sintiera un escalofrío. Desperté de ese estado letárgico, beatífico, con una sonrisa bobalicona. 

domingo, 26 de agosto de 2012

Mediterráneo




Azul Mediterráneo, Mare nostrum,

reflejo de un pasado inmarcesible,

cúmulo de culturas milenarias,

continuador de viejos sentimientos

ancestrales. Despierta del  letargo

en el que postergado permaneces.

Levanta alegre tu pendón altivo.

No inclines la cerviz. Haz algo. Surge.

Muéstrate tal cual eres: altanero

sorprendente, vivaz, ingobernable.

Son tus olas de céfiro coléricas

las que rugiendo baten contundentes

los espacios robados a las aguas

elevando montañas espumosas,

diluyendo  en las rocas su soberbia. 


Felipe Tajafuerte
2012

lunes, 20 de agosto de 2012

Un pueblo entre peñascos



Eran ya cerca de las once de la mañana cuando partimos de Cáceres. Si hay niños ya se sabe, es difícil calcular los tiempos. Tras hora y media un poquito larga de viaje llegamos a Monsanto, en el vecino Portugal. Aparcamos los coches y después de una parada técnica para dar de comer al pequeño Javi y trasegar las primeras cervezas, iniciamos entusiásticamente el ascenso hacia el castillo. A los pocos minutos nos damos cuenta que esto es imposible. El niño, la silleta, mi nuera embarazada y mi mujer que no está para muchas con sus rodillas lo hacen inviable. Decidimos dejar a su aire a las mujeres con el pequeño y continuar la ascensión mi hijo Ricardo y yo solos con nuestras cámaras fotográficas en ristre.

Contemplamos la curiosa arquitectura

Monsanto se encuentra en la ladera de una gran elevación granítica muy escarpada. Mi baja forma se hace cada vez más evidente; mis jadeos los escuchan hasta los inquilinos del camposanto cercano mientras subimos rodeados de grandes moles berroqueñas. La pendiente es endiablada, pero logro reponerme y a duras penas llegar a un descansillo cercano al castillo. Nos llevamos una grata sorpresa. Una hermosa capilla dedicada a San Miguel con un pórtico abocinado románico nos ha salido al paso. Nos damos un reposo dando rienda suelta a nuestra pasión fotográfica.

Iglesia de San Miguel

Comunico a  Ricardo que yo voy a continuar mientras él sigue dándole gusto al dedo; que le espero arriba. Me tiemblan las piernas y me acuerdo de mi amiga Liova que, con su entrada, acrecentó mi deseo de conocer este sitio. A pesar de todo llego al castillo y atravieso dos puertas con arcos de medio punto que dan paso a dos recintos amurallados. En el centro de la plaza de armas se encuentra otra capilla, la de Santa María do Castelo, y un aljibe al que me asomo comprobando que contiene agua a pesar de estar en la cima. 


Santa María do Castelo

Contemplo las murallas y no me resisto a visitarlas y acercarme al lugar más elevado: el punto geodésico. Los escalones son altos y las piernas se resienten. En lo alto, la vista es impresionante en una panorámica de trescientos sesenta grados. Sentado en la base del monolito, descanso  un rato esperando la llegada de mi hijo  mientras realizo unas cuantas fotos. Lo veo subir hasta donde estoy yo. Observamos todo con detenimiento, fotografiando lo que se nos ocurre y está a tiro. Iniciamos el descenso porque son cerca de las dos en España, en Portugal la una.

Testimonio gráfico de mi ascensión

Recogemos a las señoras y al niño y penetramos en un típico restaurante. Tenemos sitio y nos situamos en una mesa junto a la roca que ha penetrado en el comedor y cuyo enorme tamaño vemos desde la ventana. Pedimos bacalao a la plancha con patatas asadas y migas unos y otros pulpo al horno con aceite crudo de oliva. El bacalao muy rico y el pulpo exquisito. Lo regamos con vinho verde y finalizamos con unos pingados.


Esa enorme roca es la del comedor junto a la ventana


Tras la comida volvemos a abandonar a las mujeres y al niño; ellas se encuentran cansadas, él tiene que dormir y nosotros continuar nuestra visita. Las casas se encuentran atrapadas entre las peñas formando un espectáculo impresionante. Es un pueblo construido entre rocas gigantescas formando un conglomerado de casas que se extiende hacia lo alto del cabezo aprovechando los pedruscos de granito para sus paredes e incluso tejados. Sobre el caserío sobresale la Torre de Lucano en cuyo cimborrio anida un gallo de plata, trofeo ganado por esta población  en 1938 adquiriendo el título de "aldea más portuguesa de Portugal". Dos cervezas heladas nos hacen soportar la canícula. 

Torre de Lucano

Tornamos con nuestras esposas que tratan de entender la conversación de una lugareña que le hace carantoñas al niño. En realidad trata de vender su mercancía : unas muñecas de trapo en forma de cruz, sin rostro llamadas Marafonas, producto típico del lugar junto con los adufes, panderos cuadrados, que hemos visto en las tiendas de regalos. 

La roca parece emerger de la casa

Mi nuera, debido a su estado, se encuentra cansada y mi nieto no ha dormido su siesta, por lo cual subimos a los vehículos y emprendemos el regreso con la intención de hacer un alto en Coria para tomar un refresco.  Como Javi se queda dormido como un leño, se suspende el receso y continuamos directos hasta Cáceres. Finalizamos la excursión a las ocho de la tarde con 37 grados.

Un bello rincón

Estoy verdaderamente rendido. El baño en la piscina mientras le dan la cena al niño me deja reconfortado y listo para, tras una cena más o menos frugal, entregarme en brazos de Morfeo.

martes, 14 de agosto de 2012

Patente de robo




Estos días el diputado Sánchez Gordillo, el SAT y algunos otros inefables correligionarios de Izquierda Unida nos están dando la solución a la crisis. Esta consiste en asaltar y robar las pertenencias del vecino, eso sí, con el loable propósito de dar lo robado a los pobres y la escusa de que son bienes necesarios. Se han transmutado en unos nuevos Luis Candelas, Curro Jiménez, José María Tempranillo o nuestro Sanchicorrota, es decir, bandoleros y benefactores nacionales.


Hay que joderse lo solidarios que son algunos con pecunio ajeno. Es de suponer que estos señores no serán tan ingenuos como para pensar que lo robado va a alterar la cuenta de resultados de los establecimientos asaltados. Por si no tienen los dos dedos de frente necesarios, habrá que informarles que los robos incrementan los precios de los productos y son a cargo de los que pagamos religiosamente. Exactamente igual que la morosidad de los bancos. El próximo objetivo pueden ser estos mismos bancos. Total, el dinero también es un bien necesario y además les vamos a ayudar entre todos. ¿Qué más da?

Los españolitos que pagamos impuestos no necesitamos estos ánimos para la solidaridad; ya tenemos bastante con los obligatorios del gobierno vía IVA, IRPF etc. etc. etc.de los que no podemos eludirnos, así que ya somos bastante solidarios y no necesitamos estímulos de ese tipo.

Estos señores, como el resto de políticos, debieran comenzar pagando impuestos como los demás,  deshacerse de todas sus prebendas, rebajarse los sueldos de verdad y alguna menudencia más. Quizá a partir de entonces serían merecedores de nuestra atención.

Y puestos a asaltar, inicien con las sedes de su partido y las de los demás, sigan con sindicatos, CEOE etc., pero me parece que estamos con el tema de "la bicicleta no se reparte, que es mía".

No suelo, ni me gusta, escribir de política, allá cada cual con sus ideas, pero, en mi modesta opinión, esto excede de lo político. Entiendo que alguna persona, en según qué circunstancias, llegue a robar. Lo entiendo, pero ni justifico, ni comparto, ni mucho menos aliento. La propiedad privada es PRIVADA, no del que quiera apropiarse de ella y las empresas tienen los mismos derechos que los demás a ella. Con parecidas razones alguien podría alentar y justificar la defensa de sus bienes de manera contundente y expeditiva, por no decir letal, y cualquier otro atropello sobre los derechos individuales.

Así que, señores diputados del signo político que sean, ¡Por favor! no hagan demagogia, no inciten ni alienten a que, además del gobierno de turno, nos roben nuestros propios conciudadanos. No les pido que piensen en lo que sucedería si todos hiciéramos lo mismo; no se lo pido porque pensar, lo que se dice pensar... es cosa de otros.




domingo, 12 de agosto de 2012

Amanecer







Anegados los sentidos
de estéril melancolía,
esperanzados, despiertan
con la luz del nuevo día.

Al amanecer, el sol,
redondo, con alegría,
se eleva, como las preces,
en la alborada tardía.

Soñando con azucenas
los arroyos de la umbría,
murmuran cantos rodados
y romanzas de agua fría.


Felipe Tajafuerte
2012

sábado, 4 de agosto de 2012

Desencanto



El pasado día 27 de julio partimos de Gijón para visitar Covadonga y los lagos Enol y Ercina. Había transcurrido cierto tiempo desde nuestro último acercamiento a los Picos de Europa por lo que esta excursión había despertado en mí  grandes expectativas. Llegados al santuario, hubimos de abandonar nuestros autocares y utilizar los microbuses lanzadera para acceder a los embalses tras los empinados doce kilómetros que nos separaban de ellos.

El Ercina estaba precioso


Fuimos ascendiendo y, al pasar por el Mirador de la Reina, nos informaron de que no se podía parar en ese lugar. Cuando llegamos al lago Enol, pasamos olímpicamente de largo con tan solo el comentario de que se trataba de este lago. Una vez en la cima, sin atisvar por ningún lado el Ercina, bajamos del microbús y, acompañados de un guía, caminamos subiendo unas escaleras que, bordeando las minas de Buferrera, nos situaron en sus aledaños. Bajo un sol que calentaba lo suyo, una breve explicación y, aproximadamente, veinte minutos para hacer unas fotos y saborear unas raciones de queso y chorizo acompañadas por un par de botellas de sidra que nos escanciaron en el único bar existente. Rápidamente vuelta a los microbuses que nos estaban esperando para descender hasta el santuario de Covadonga. Por supuesto, el lago Enol solo volvimos a verlo desde el autobús.

Santuario de Covadonga


Mi decepción fue proporcional a la expectativa. Me frustran las visitas a la japonesa. Eso del  "corre, corre, foto, foto", es algo que me subleva. Quienes, como nosotros, concierten una excursión a Covadonga, los lagos (incluido guía) y Cangas de Onís, cosa que desaconsejo, emplearán entre subida, bajada y estancia en dichos lagos aproximadamente una hora y media. Cuantos más viajes hagan los microbuses lanzadera tanto mejor.

Picos de Europa


Otra cosa son quienes lo hacen por libre: dejan su vehículo en el estacionamiento antes de iniciar la subida y pagando la "módica" cantidad de 7,50 euros por persona que cuesta la lanzadera pueden subir, permanecer en el parque el tiempo que estimen conveniente y descender. Es la misma sensación de mercadeo que en el caso anterior pero atenuada.   

Junto al lago Ercina


Qué distintas estas excursiones a la de mis recuerdos, con mis hijos de corta edad, en la que, haciendo las paradas que se nos antojaron, llegamos hasta el estacionamiento que todavía existe junto al pequeño restaurante entre los lagos Enol y Ercina, en el que degusté mi primera fabada asturiana. ¡Qué acertado aquello de "nunca segundas partes fueron buenas"!

Comprendo y entiendo que hoy día es imposible realizar estas visitas de esa manera, pero tal como la hemos hecho nosotros, no he podido evitar la sensación de que, en lugar de  tratarse de una forma de dar a conocer y divulgar tan sensacional paraje, es en realidad un vergonzoso saca perras.  

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