viernes, 11 de abril de 2014

Aibar medieval

Llegamos a Aibar con el sol, en una lucha sin cuartel, tratando de sortear el brumoso algodón que nos envolvía y, con sus rayos, alegrar la mañana gris con la que habíamos sido recibidos por la forma piramidal del pueblo rematada con la iglesia, de la que descuellan el arco de medio punto del atrio y la figura compacta de su fábrica y de su torre campanario. La población se encuentra en una elevada ladera entre Sada y Sangüesa, a orillas del arroyo Uñezar y vigilada por la Sierra de Izco.

Tras tomar un pequeño refrigerio, reunidos ya con Cristina, nuestra simpática cicerone, comenzamos el itinerario por las bien arregladas calles del pueblo que ascienden, en recorrido anular, hacia el punto culminante: la iglesia de San Pedro, lugar donde se ubicaba el desaparecido castillo.

Casa donde permaneció prisionero el Príncipe de Viana
Cada cierto tiempo hacíamos paradas ante alguna casa significativa para la historia de la villa. Conocimos la casa en la que permaneció recluido durante un tiempo don Carlos, Príncipe de Viana, una vez derrotado por su padre, el rey aragonés Juan II, precisamente en la batalla de Aibar en 1452.

Vista de Aibar desde la carretera
Cercano a la frontera de los reinos de Navarra y Aragón, no es ésta la única vinculación con ese reino, ya que, con anterioridad, en el año 1035, la villa fue cedida como herencia al futuro primer rey aragonés Ramiro I, fruto de los amores de Sancho Garcés III El Mayor, con la dama aibaresa Doña Sancha, en la repartición testamentaria que hizo éste de sus territorios. En el año 1062 retornó al reino de Navarra y, en el siglo XIII, fue tomada de nuevo por los aragoneses, aliados con los castellanos en su guerra contra Sancho VII El Fuerte, pero poco después fue recuperada definitivamente por el rey tudelano. Mucho antes, a mitades del Siglo IX, cuando era una de las importantes plazas fortificadas del reino pamplonés, Muhammad ibn Lup, uno de los caudillos de los Banu Qasi, se alzó en armas contra sus familiares extendiendo sus dominios al ocupar, entre otras,  Zaragoza y Tudela. Se enfrentó al rey García Ramírez, que perdió la vida en la batalla, y arrasó, en el año 882, el castillo que era el vigía de las incursiones musulmanas del valle de Ebro a través del curso del río Aragón. 

Un bonito rincón

La confluencia de dos callejuelas
De todo esto nos fue dando buena cuenta nuestra guía, mientras recorríamos las intrincadas callejuelas de trazado medieval, admirando rincones y casas que otrora fueron lagares, bodegas, almazaras o tahonas. La plaza donde se encuentra la casa consistorial constituye un hermoso mirador sobre el valle del Aragón, que discurre cercano. Muy próxima, se distingue la ciudad de Sangüesa; detrás, la Sierra de Leyre y los Pirineos, cuya visión nos dificulta la calima.

Plaza de la Virgen
A pocos metros de allí se encuentra la Plaza de la Virgen, un bonito pasadizo de grandes arcos apuntados, en uno de cuyos ángulos se encuentra una pequeña hornacina con una imagen de la Inmaculada de principios del siglo XVII.

Otro sitio con encanto

Es un continuo subir
Continuamos subiendo empinadas cuestas hasta la iglesia románica de San Pedro situada, como tantas otras, en lo más alto. Poco a poco, con timidez, la batalla se inclina del lado del astro diurno, poniendo a las nubes en franca retirada. Al doblar la última revuelta, el templo se presenta ante nosotros mostrando un gran arco de medio punto que da paso al atrio renacentista donde se encuentra la puerta, también de medio punto, flanqueada por dos columnas corintias, con la imagen de San Pedro sedente sobre ella y desplazada hacia la izquierda respecto al arco del pórtico.

Pórtico de la iglesia de San Pedro
Al entrar al interior se  percibe la parte original románica, de mediados del siglo XII, de tres naves, más alta la central con bóveda de cañón y los arcos fajones de medio punto. Las laterales sorprenden por la poco común hechura de sus bóvedas que no son de medio cañón sino de cuarto. Rematan las columnas capiteles románicos figurados y también simples ménsulas de apoyo. En algunos puntos se conserva el ajedrezado jaqués.

La parte románica de la iglesia
El crucero y el cabecero son más modernos, del siglo XVI. El retablo mayor, de estilo romanista del siglo XVII, muestra el martirio de San Pedro crucificado cabeza abajo. En un lateral llamó mi atención el Cristo del Amparo, una talla gótica del siglo XV procedente, según cuenta una leyenda más que improbable, de las Cruzadas.

Iniciamos el descenso
Descendimos e hicimos una parada junto a la iglesia románica de Santa María, admirando solamente el exterior ya que se encontraba cerrada. Sobre la espadaña, un par de cigüeñas no cesaban de crotorar en su nido.

Iglesia de Santa María
Continuamos nuestro camino hacia las afueras para realizar una visita al Museo Casa de Aibar, dedicado a las actividades tradicionales de la villa: las relacionadas con el vino, el aceite y los cereales. Los trujales han desaparecido todos ya que, en la actualidad, entregan la producción de olivas en Arróniz. El vino rosado de la localidad goza de un consolidado prestigio.

Museo de la Casa de Aibar
De allí tomamos el autobús para dirigirnos a comer. Lo hicimos, muy bien por cierto, en el restaurante de un complejo cercano, desde el que se disfrutaba de unas vistas espléndidas del pueblo y su entorno.

Panorama desde el restaurante
Después de un pequeño descanso, nos encaminamos a pie hasta el pueblo, donde aun tuvimos tiempo de contemplar un bonito crucero y un lavadero muy cuidado.

El crucero

El lavadero
Subimos al autocar porque todavía nos esperaba la última de las visitas programadas: la ermita de San Zoilo de Cáseda, que bien merece ser objeto de otra entrada posterior.

26 comentarios:

  1. Felipe no me puedo creer que yendo de excursión en gurpo consigas esas fotos sin que salga nadie del grupo ¿Cómo lo consigues?

    Las fotos espectaculares sobre todo la última .
    Un abrazo.

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    1. A veces es difícil pero me suelo retrasar un poco y lo logro. De todas maneras también hago fotos del grupo, de mi mujer y estas otras para mi archivo particular. De la que te gusta hice cinco y esa es la que mejor me pareció, aunque el resto tampoco están mal. Abrazos

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  2. Por el sur no tenemos esos paisajes, son otros, por eso cuando subo hacia el norte lo disfruto una "jartá".

    Un abrazo.

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    1. Cada lugar tiene un encanto diferente. Ya ves en Navarra qué pasisajes verdes tenemos, pero a diez kilómetros de Tudela comienzan las Bardenas que son un bellísimo desierto. A mi me encanta el blanco y azul andaluz. Abrazos

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  3. Que bien lo pasamos yendo de excursión contigo, y lo que aprendemos. Un abrazo

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    1. No me cantes lo de los padres escolapios que son buenos porque nos llevan de excursión. Tamién los pasamos muy bien una noche en una cena de amigos en la capital ¿recuerdas? Abrazos

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  4. Gracias Felipe por la historia, por los paseos y por tu generosidad al compartirlos y llevarnos contigo. Besetes.

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  5. Una buenísima y amena crónica, Felipe!
    Las fotos son excelentes, la panorámica, ni te cuento... el colmillo larguísimo que se me ha puesto, con todo lo que a mí me gustan las "piedras"!!!
    Me ha gustado mucho esa Plaza de la Virgen, qué curiosa!

    hala, a seguir con estas excursiones tan didácticas, que nos enriquecemos todos.
    Eskerrik asko!

    Besos y aplausos!
    ;)

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    1. Seguiré con mis crónicas aunque os de un poco la lata, pero disfruto también con ello. Besos

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  6. Por parte de madre llevo Aibar de segundo apellido. Gracias por pasear de tu mano por este bonito pueblo, siempre sentí curiosidad. Besos desde Jaca.

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    1. Bienvenida a esta tu casa de nuevo. El pueblo de Aibar no lo tienes tan lejano de tu querida Jaca, a la que veo has regresado, espero que de vacaciones. Un beso.

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  7. Buen reportaje, e interesante la historia de las antiguas guerras y acuerdos de conveniencias entre Reinos. Buenas fotos, sí señor.
    Un abrazo.

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    1. Es muy agradable además de visitar estos pueblos enterarte de la historia de los mismos. Abrazos

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  8. Geniales las fotos y las explicaciones. Enhorabuena

    un abrazo

    fus

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  9. Un bellísimo pueblo medieval del que no tenía ni conocimiento. Estupendo recorrido e inmejorables fotos.
    Un abrazo y feliz Semana santa

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    1. Hay muchos pueblos hermosísimos en España que no conocemos. Entre unos y otros damos a conocer algunos. Abrazos

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  10. gracias Felipe eres un as.

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    1. Gracias, aunque no sepa a quien agradecer el elogio. Un saludo

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  11. Qué bonito! Me ha gustado la plaza de la Virgen: es un pasadizo muy original.
    Abrazo!

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    1. A mí también me pareció muy original y muy bella. Abrazos

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  12. Tu magnífica crónica, apoyada en tan bellas y expresivas imágenes son todo un lujo para los sentidos.
    Un abrazo.

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    1. ¿Cómo no voy a seguir haciendo esto si cuento con apoyos como el tuyo? Un fuerte abrazo

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  13. Perfectamente ilustrado con tus fotografías el relato de esta visita a una población cuya importancia en en el pasado la acreditan sus monumentos, y la grandeza de su iglesia principal. Un abrazo.

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    1. Ha sido una visita encuadrada dentro de la ruta de los pueblo-atalaya de Navarra que se oferta ahora turísticamente. Fue muy interesante. Abrazos

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Tu comentario es bien recibido aunque sea anónimo. Muchas gracias por tu atención.

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