La tarde del día siguiente a la gran nevada tuvimos nuestro primer primer contacto con el Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera, ya que en éste se encuentra enclavado el pantano de Peñarroya al que nos encaminamos. La estrecha carretera, serpenteando entre jaras, encinas, aliagas, espinos y coscojares nos situó en la represa.
En esta zona la nieve no había caído tan intensamente como en Ossa de Montiel aunque, en las umbrías, el blanco destacaba sobre el rojizo del terreno. Ante nosotros teníamos la mole almenada del castillo homónimo del pantano. Se encuentra estratégicamente situado sobre un acantilado que domina el desfiladero por el que discurre el río Guadiana.
Vista del pantano |
Por un pórtico se accede a un gran patio de armas en el que se encuentra una antigua iglesia del siglo XII y un aljibe. Un pasillo divide la muralla principal, mas alta, del antemuro. Posee una torre del homenaje cuadrada.En el lado que da al río está la actual ermita barroca del siglo XVII en la que una imagen de la Virgen de Peñarroya de esa misma época y un buen retablo churrigueresco son los elementos más destacados.
La presa |
Dimos un paseo por el adarve contemplando la tersa lámina del agua recogida tras su paso por las lagunas. Al otro lado, frente a nosotros, observamos los restos de la fortaleza que el embalse dividió destruyendo el puente sito en el lugar que hoy ocupa la presa.
El Guadiana prosigue su camino |
A nuestros pies el Guadiana, empequeñecido después del dominio impuesto por el dique, discurre tímidamente por el valle entre carrizos para, algo más adelante, desaparecer hundiéndose en el subsuelo hasta encontrar los ojos que le den nueva salida a la superficie.
Hola!!! La segunda foto me ha encantado!!! una perspectiva fantástica!!!! Original!!! De vuestras manos da gusto pasear, eh??? Besos!!!!
ResponderEliminarExcelente crónica de viaje como todas las tuyas.Las fotos muy buenas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Conozco el Parque Natural pero no Peñarroya .
ResponderEliminarGrcias por el bonito paseo que nos has dado.
Un abrazo
Bonito paseo y espectaculares fotos, me han encantado. Un abrazo Lola
ResponderEliminarExcelente reportaje. Es una pena que el guadiana haya perdido sus ojitos, por la cantidad de pozos autorizados o no del aprovechamiento de sus aguas.
ResponderEliminarMenos mal que ya se ha recuperado parte de ella y doy fe de ello porque he visto hace unas semanas las Tablas de Daimiel, llenas de agua y de aves.
Besos
Estás hecho un gran viajero y fotográfo. Un abrazo.
ResponderEliminarUna parte de España que no conozco y se hace necesario ir a verla.
ResponderEliminarUn abrazo.
No conozco Peñarroya, pero sí las Lagunas de Ruidera. Fue el día de mi santo de 1970. Ibamos desde Madrid, en compañía de un amigo con su seiscientos y, una vez allí me regalo un ejemplar del Quijote con las pastas repujadas en cuero. Dos acontecimientos en uno y ambos imborrables. Un abrazo, Felipe.
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