martes, 1 de noviembre de 2011

El Museo Vostell

¿Por qué el proceso entre Pilato y Jesús
duró sólo dos minutos?
El viernes pasado, aprovechando el día tan soleado con el que fuimos obsequiados tan de mañana, decidimos hacer una corta excursión a algún lugar cercano y, tras pensarlo unos instantes, nos decidimos por visitar el Museo Vostell, emplazado en la cercana población de Malpartida de Cáceres.

La carretera es sencilla, sin complicaciones y rápidamente llegamos a esta población, dejándola atrás para seguir camino hacia Los Barruecos, lugar donde se encuentra ubicado el citado museo, a unos 14 kilómetros de la ciudad de Cáceres.

El museo fue fundado en octubre de 1976 por Wolf Vostell, artista alemán de reconocido prestigio internacional, en un magnífico paraje donde se conjuga la belleza natural de un paisaje de grandes rocas graníticas. Las aguas contenidas por una presa formando una laguna artificial alimentaban un lavadero de lanas construido en un complejo de edificios del siglo XVIII. El perímetro ocupa unos 14.000 m2 y los inmuebles, excelentemente restaurados, acogen las colecciones de que consta este museo además de un Centro de interpretación de las vías pecuarias e historia del lavadero de lanas.

Acceso al Museo


Atravesando un puente que salva el riachuelo del aliviadero de la presa, accedemos a través de un arco a un patio interior. A la izquierda, la recepción donde adquirimos las entradas, gratuitas por ser jubilados,  cinco grandes esculturas que llevan por título "Los toros de hormigón" y una pequeña ermita. A la derecha la primera sala en el lugar que ocupaba el pesaje de la lana del antiguo lavadero.

Los toros de hormigón


En esta galería se encuentra la colección Wolf y Mercedes Vostell. Nos atrae la bella construcción de este sitio. Una serie de objetos extraños llama nuestra atención. Neumáticos, automóviles, cuadros de raros colages, sorprendentes esculturas, insólitas composiciones... vamos dando la vuelta observando todo con un cierto estupor y bastante escepticismo. Por una pequeña puerta frente a la de entrada salimos al embarcadero de la charca del Barrueco de Abajo, desde el que se contempla un privilegiado paisaje  que enamoró a Wolf Vostell cuando lo conoció en 1974 y le hizo calificarlo como "Obra de Arte de la Naturaleza"


El embarcadero



Retrocedemos y pasamos a la sala contigua donde antiguamente se realizaba el esquileo. Nos recibe una serie de pupitres sobre los que descansan aparatos de radio antiguas con pegotes de hormigón. Al fondo un grupo de motocicletas colgadas en serie, idea de Salvador Dalí, que lleva por título "El fin de Parzival". Vostell correspondió con su obra "Obelisco de la televisión" que se encuentra en el museo de Figueras, consecuencia de este intercambio amistoso.

Fiebre del automóvil
Al fondo, El fin de Parcival



Salimos de nuevo al patio y nos dirigimos a la nave que alberga la colección Fluxus, donación Gino Di Maggio. Fotografías, vídeos, un piano con luces, cinco sillas distintas con unas curiosas leyendas, distintas ropas por el suelo etc. damos la vuelta y una colección itinerante de Monique Bastiaans.  Continuamos a la sala donde está instalado el Centro de interpretación y al fondo la sala de calderas.

Colección Fluxus
Colección Fluxus



Salimos a otro patio donde se encuentra la cafetería, cerrada por cierto, y a nuestra izquierda admiramos (es un decir) una espectacular escultura multimedia formada por un caza entrecruzado por dos automóviles, televisores y algunos objetos chocantes más. Lleva por título "¿Por qué el proceso entre Pilato y Jesús duró solo dos minutos?"

Contemplamos también un conjunto escultórico de Yoko Ono compuesto por tres grandes cruces de madera con un caldero debajo de cada una de ellas.  En otro espacio, por el que se sube dificultosamente a la presa, una especie de tapacubos brillantes y unos raros parasoles rosados.

¿Tapacubos y parasoles?


Pasamos al espacio donde se efectuaba el lavado, un lugar especialmente cautivador, y nos encaminamos hacia la salida no sin darnos antes un paseo por encima de la presa. Unas garzas levantan el vuelo de la pátina del agua ante nuestra aparición.


Sala del agua


La señora de la recepción amablemente solicita nuestra opinión. Manifestamos nuestro entusiasmo ante la extraordinaria rehabilitación de los edificios y por el entorno en que se encuentra ubicado el museo. En cuanto al contenido... confesamos nuestra ignorancia respecto a este tipo de obras de arte, reconociendo nuestro escepticismo por ellas y el desconocimiento de los artistas. Sonríe comprensiva y nos informa de que en ese momento está en la primera sala un grupo universitario realizado una visita guiada.

- Claro, si te explican estas cosas es más fácil entenderlas. Comenta sin mucha convicción.
- Posiblemente sea así, contesto de idéntica manera.

En realidad no me agradan las obras que necesitan explicaciones. Una cosa son las aclaraciones técnicas de estilo, de materiales, históricas, ambientales etc., pero una interpretación de lo que nos quiere mostrar el artista no la considero oportuna. Me gustan las cosas claras. Quizá sea un ignorante integral.

A pesar de esto, regresamos muy satisfechos de la forma en que habíamos ocupado la mañana. 

Dado que no me permitieron realizar fotos en el interior, he incluido unas del archivo que me ha facilitado mi hijo y alguna mía robada. 



13 comentarios:

  1. Hola Felipe, lo primero me presento:Soy Laura, seguidora del blog "el bosque de Trimbolera", por medio de él conocí el tuyo.
    Te visito bastantes veces,me parece muy interesante lo que escribes y describes con tanto realismo. No había dejado ningún comentario, pero algún día tenía que ser el primero. Absolutamente de acuerdo en lo que comentas sobre el arte moderno, no obstante la visita que has hecho al Museo Vostell, me parece muy interesante. Me gustaría conocerlo. Saludos

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  2. Parece que no ha quedado reflejado mi comentario, he manifestado que el arte contemporáneo no solo no me gusta si no que me resulta horrendo, tenerte que explicar lo que significa cuando posiblemente te produzca sensaciones contrarias, para mi, ni es arte ni nada que se parezca.

    Un saludo

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  3. Interesante.
    Me apunto para conocerlo en cuanto tenga ocasión.
    El arte moderno tiene detractores y aficionados o seguidores. Todo es válido. Para eso están los gustos.
    Un precioso reportaje y fotos.
    Besos

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  4. Hola Felipe!!!! La verdad que el museo Vostell impresiona, se sale de lo normal, es demasiado atípico y por eso la visita reculta satisfactoria. Me alegro que pasaráis un buen día. BESITOS Y SALUDITOS MUY CARIÑOSOS.

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  5. Cuando estuve planeando una escapadita a Cáceres, que la final no salió, conté con la visita a este lugar. Me alegro de haberlo visitado de primera mano gracias a tu entrada.
    Abrazo!

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  6. No lo conocía y me ha llamado la atención lo que nos has enseñado. Si voy por Cáceres intentaré pasarme visitarlo. Un abrazo

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  7. Hace ya tiempo en una reseña final de algún telediario conocí este lugar, pero no había vuelto a oír de él ni visto imágenes del lugar, y ni lo recordé (tampoco hubiera tenido tiempo cuanto hace pocos años estuve en Cáceres). Gracias a ti puedo ver este museo magnífico más por su continente que por su contenido, en mi humilde opinión, claro. Un abrazo Felipe.

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  8. Cuando el arte no es atípico ya es trasnochado. El arte es siempre vanguardia y las vanguardias siempre han tenido sus detractores en el momento de su nacimiento, si bien eso no quiere decir de que todo lo que "se vende" como arte lo sea. Hoy no necesitamos explicaciones de Velazquez, que también, pero son imprescindibles sobre Goya.
    Tus explicaciones, Felipe, de diez, como nos tienes acostumbrados. Y las fotos no parecen robadas sino extraordinarias, sobre todo esas arcadas con luces que se proyectan en unas perspectivas que llegan al infinito. Un abrazo.

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  9. Felipe, yo pienso que una obra de arte te gusta o no te gusta. No es necesario que te la expliquen.
    Saludos

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  10. Me han encantado las fotos que has hecho y la visita guiada a tu vera. En cuanto al arte moderno me ocurre lo que ha otros prefiero ser capaz de entenderlo por mi mismo.
    Saludos

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  11. Hola Felipe. Curioso museo. De alguna manera me pasa como a ti, no me gusta el arte que tiene que ser explicado. Prefiero sacar mis propias conclusiones a través de las sensaciones que me produce el verlas.
    Buenas fotos que ayudan a una percepción rápida.
    Bss

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  12. Estupendo paseo el que nos has dado, Felipe. Soy como tú, un ignorante integral en este arte irracional, deshumanizado.
    Un saludo.

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Tu comentario es bien recibido aunque sea anónimo. Muchas gracias por tu atención.

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