domingo, 30 de diciembre de 2012

Mierda de perro


Hace pocas semanas pase unos días en una ciudad, de cuyo nombre no quiero acordarme, pero a la que muchos se lo pondréis aunque, con toda probabilidad, cada uno pensará en una población distinta. Es que en todas partes  cuecen habas. He dejado transcurrir un tiempo prudencial y contar no hasta siete, sino setenta veces siete, antes de hacer patente la indignación que me produjo comprobar de manera  harto fehaciente  el incivismo de ciertas personas que se proclaman amantes de los animales y dan cobijo en su casa al, según dicen, mejor amigo del hombre.


Las defecaciones de tales especímenes florecían de tal forma que tenía que andar sorteándolas cual si me encontrase en una hedionda gincana. Pensaba que, como el baile de las baldosas de las aceras, esto era solamente patrimonio de mi pueblo. Estaba radicalmente equivocado. Tanto lo uno como lo otro abundan en cualquier lugar que se precie, pero los excrementos de los cánidos están en proporción directa con la cantidad existente de estos, con independencia del número, edad, sexo, cultura y raza de los habitantes de una ciudad.

Uno de esos días observé en un pequeño parque a dos niños de corta edad jugando al balón.

- No me eches la pelota a este lado que hay una caca grande de perro, dijo uno de ellos.
- Aquí también hay más, contestó el otro.

Es vergonzoso que nuestros niños tengan que convivir con tanta porquería. Y lo peor de todo es no saber de donde proviene, porque, preguntes a quien preguntes, hables con quien hables, todos, absolutamente todos los dueños y dueñas de canes recogen fina, delicada y cívicamente las deposiciones de sus mascotas. ¡Faltaría más!

A lo que parece, todas las noches, procedentes de no se sabe qué galaxia, aterrizan unos seres malévolos, muy desaprensivos, que se dedican a vaciar papeleras y otros recipientes donde se depositan las cagarrutas y esparcirlas por aceras, parques y jardines. Esta es, sin duda, la explicación más acorde con la realidad.

No obstante, algunos maldicientes afirman haber detectado que, a la hora del crepúsculo, como los vampiros, aparece la "santa compaña", una sucesión de paseantes con sus respectivos chuchos, a la búsqueda y captura del parque o alcorque más cercano para, como la cosa más natural del mundo, hacer sus necesidades. Creen que solamente las de los animales de cuatro patas, claro. Con nocturnidad, premeditación, alevosía y... ¡dos cojones! 

Otro de los días pisé, sin apercibirme, uno de estos regalitos anónimos tan generosamente prodigados. No veáis qué perfumado quedó mi coche. Olía y no a ambar. Estuve sintiendo su perfume embriagador hasta que pude lavar bien mi zapato. 

En vista de todo ello, pedí encarecidamente a Papá Noel, a San Nicolás, a Santa Claus, al Olentzero y al catalano-aragonés Tió cagón antes de la Navidad, y ahora voy a solicitar a los Reyes Magos que, durante este año nuevo que se nos echa encima, a pesar de los recortes en I+D, se idee y fabrique un sanitario doméstico para animales de compañía y que, además, sea obligatoria su instalación en las viviendas de aquellos que deseen contar con acompañamiento canino o de cualquier otra especie. Sin subvenciones que el país no está para gollerías.

Lamento terminar el año con esta sucia, pegajosa, maloliente y escatológica entrada, pero este asunto me enoja, me fastidia, me molesta, me incordia, me encorajina, me joroba, me encocora, me irrita y me jode. Me jode mucho.  

27 comentarios:

  1. Voy a contestarte rápido y ventilar un poco la habitación que me llegan visitas.
    También a mi me ha ocurrido en alguna ocasión lo que comentas y es verdaderamente desagradable.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Me uno a tu enfado y te doy toda la razón. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. No pretendo molestar a nadie, ni a dueños de perros satisfechos con su mejor amigo, ni a los que pisamos sus cacas pero, puestos a pensar, tampoco sería una mala solución que los ayuntamientos emplazaran en las ciudades un lugar exclusivo para pasear a los perros, ya que los dueños pagan los impuestos de sus chuchos, las visitas a los médicos-veterinarios, en definitiva sus obligaciones. Además, hay algun@s elementos de nuestra especie que ensucian igual o más que los canes, y a estos nadie les dice nada, al contrario, nos cuesta dinero de los bolsillos tener que contratar barrenderos, recogeplásticos, cristales, latas, jeringuillas, condones etc. O no ? Un saludo y Feliz año, amigos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Numerosos ayuntamientos han delimitado lugares para los perros pero es inútil mientras los dueños no asuman todas sus obligaciones. El que haya algunos otros desaprensivos no da patente de corso para que los chuchos caguen donde le venga bien a su amo. Un saludo

      Eliminar
  4. No me extraña que te quejes, yo me uno también porque es asqueroso y vergonzoso lo de las cacas de los mejores amigos del hombre. Besos cariñosos desde JAca.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y lo curioso del caso es que ninguno las deja, todos las recogen, según ellos. Besos

      Eliminar
  5. El hábito no consigue acostumbrarme, aunque sí he ganado en agilidad para sortearlas. Yo camino con una muleta en el brazo derecho, lo que significa que en mi eslalon intervienen tres piernas. A todo se acostumbra uno, pero esto es como en el circo: más difícil todavía. Los actores, cuando van a salir a escena, se espetan unos a otros: ¡mucha mierda! Posiblemente con tanta mierda canina logremos acabar con la perruna vida que nos aguarda.
    Un abrazo y feliz año nuevo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que no te falte el humos, Paco, aunque la muleta resulte en alguna ocasión "pringá". Un abrazo

      Eliminar
  6. Me uno a ti en tu queja y enfado. Yo a los dueños se los hacía recoger con la boca. He observado y a algunos y se les nota lo incivilizados que son. Cuando te ven recogen pero si no se sienten observados se piran y ahí se queda.
    Campo minado les digo a mis nietos que ya alguno ha perfumado el coche con una pisada dejando una peste insoportable.
    Animalitos pobres no tienen culpa alguna de tener unos dueños guarros.
    Te dejo un cálido abrazo. Feliz salida y mejor entrada en el 2013.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente los causantes son los dueños de los perros, ellos son los que deben concienciarse. Feliz Año

      Eliminar
  7. No te sientas solos, por aquí pasa lo mismo; en vez de mirar para los costados hay que perderse el paisaje mirando para abajo para no caer en la trampa. Y ni te digo un día de lluvia. Mi marido bromeando me dice: -Por aquí sos nadie si no andás por la calle con perro y con móvil-
    Mis saludos y que en 2013 sigamos compartiendo experiencias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ambas cosas están de moda. ¡Menos mal que los móviles no defencan! Feliz año nuevo

      Eliminar
  8. Estupenda entrada amigo Felipe, si es verdad que hay muchos que recogen la mierda de los perros, pero no es menos cierto que también otros tantos no la cogen “porque no le da la gana o que me meta en mis asuntos” como me han llegado a decir a mi.

    Mi mayor riqueza es tener amigos ¡gracias por ser parte de mi fortuna!
    Brindo por nuestra amistad, y
    ¡¡Feliz año nuevo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo del "no me da la gana" ya lo he oído yo también. La fortuna es compartida, amigo José. Levanto mi copa contigo. Un abrazo

      Eliminar
  9. Estoy contigo en acordarme de los Reyes Magos, pero sería para pedirles que le traigan a todos los propietarios de perros un poco de educación y algo de empatía. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con eso debiera bastar, pero me temo que no es suficiente. Feliz año nuevo.

      Eliminar
  10. Desde luego no es plato de buen gusto llevarse detrás una catalina de esas. Lo del plato de buen gusto lo digo por el comentario de nuestra amiga Katy, que, jejeje..., dice bien. Como postre se lo daría yo a esos cochinos.
    Feliz año nuevo, Felipe.

    ResponderEliminar
  11. Gracias por la mención hecha en tu blog. Saludos

    ResponderEliminar
  12. Yo tengo perro y nunca (y tiene nada más y nada menos que 15 años) he dejado sin recoger un regalito de esos que comentas y, menos aún, se me ha ocurrido dejarle hacerlo en un parque infantil... Pero también me he encontrado con desaprensivos que sí lo hacen: hace unos días, sin ir más lejos, tuve una sorpresita en el zapato izquierdo (dicen que da suerte, no?).
    Desgraciadamente es fácil encontrarnos con este tipo de conductas incívicas, así que espero que los Reyes te hagan caso...
    Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy convencido de que tu recoges las heces de tu perro, siempre se generaliza al comentar algo así. Pero, tTodos dicen hacerlo, salvo los cuatro incivilizados que nos les da la gana, no obstante las deposiciones caninas florecen como las margaritas. Debiera bastar con lo que comenta Albouca pero... Un abrazo y que tengas un ratito corto.

      Eliminar
  13. Jejje, llevas razón en todo lo que dices, incluido el enfado, pero los culpables no son los animalitos fieles a su madre naturaleza, sino los nocturnos (y diurnos atrevidos)alevosos y con premeditación dueños de los caninos. Siempre acabamos en el mismo sitio: la raza humana y su civismo...

    Si Papá Noel no te ha traído el pedido, a ver si los Reyes Magos pueden hacer algo al respecto...

    Aprovecho para desearte todo lo mejor para ti y los tuyos en este 2013 a puntito de entrar.

    Un abrazo, Felipe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A pesar de no ser amante de las mascotas, puedo convivir con ellas. Los que me traen a mal traer son algunos de los desaprensivos de los dueños, bastante numerosos a juzgar por las "muestras" que nos rodean. Un abrazo y Feliz Año

      Eliminar

Tu comentario es bien recibido aunque sea anónimo. Muchas gracias por tu atención.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...