miércoles, 31 de octubre de 2012

Escapada a Zamora


"No se ganó Zamora en una hora". Proviene este antiguo dicho del asedio que sufrió la ciudad en 1072  por parte del rey Sancho II de Castilla que quiso despojar de esta ciudad a su hermana Doña Urraca, a quien su padre Fernando I había entregado su señorío. La población resistió heroicamente el cerco durante casi siete meses, Sancho II fue traicioneramente asesinado por Bellido Dolfos y Doña Urraca acabó entregando la ciudad a su otro hermano Alfonso VI. Este episodio dio comienzo al Poema del Mio Cid.

Sin embargo, a Zamora le bastó menos de una hora para cautivarnos a nosotros. Salimos de Cáceres dejándoles una lluvia fina que fue desapareciendo conforme desgranábamos kilómetros por la Vía de la Plata. Hicimos un alto en Béjar para dar un paseo por su calles aprovechando el sol que comenzaba a acompañarnos. Llegamos a Zamora a una muy buena hora para comer. Nos hospedamos en un bonito hotel del la Plaza del mercado, que rápidamente constatamos su envidiable situación para nuestros propósitos.

Calle Balborraz desde la Plaza Mayor
Tras un breve descanso después del almuerzo, provistos de un plano facilitado en recepción, salimos dispuestos a tomar contacto con algunas de las abundantes iglesias románicas distribuidas a lo largo y ancho de su recinto histórico. Constatamos que un gran número de ellas podían ser visitadas pero unas tenían el día de descanso el lunes y otras el martes, los dos días que teníamos previsto pernoctar en la ciudad. Era cuestión de organizarse. No fueron románicas las primeras en cuyo interior penetramos, la barroca de San Torcuato y la del convento del Tránsito que, no obstante su ábside neogótico,  por la sobriedad y sencillez es un ejemplo del clasicismo zamorano.  

Atrio del Convento del Tránsito
El martes fue un día completo en el que después de desayunar iniciamos nuestro recorrido. Ante nuestros admirados ojos fueron desfilando una tras otra la maravilla de estas iglesias. Unas solo exteriormente, otras disfrutando de los detalles de su interior. Santiago del burgo, San Esteban, San Antolín, San Vicente, San Juan de Puerta Nueva, La Magdalena, San Pedro y San Ildefonso, San Isidoro, cuyo interior solo se puede visitar los viernes y sábados, para acabar la mañana en la impresionante catedral con la cúpula recubierta de pétreas escamas.

Interior de Santiago del Burgo

Santiago del Burgo


San Esteban


Portada de San Vicente



Interior de San Pedro y San Ildefonso

San Pedro y San Ildefonso


San Isidoro

Realizamos una exhaustiva visita a la seo admirando sus hermosas capillas, sus tapices, las filigranas de sus enrejados, los excepcionales relieves del coro, la singularidad de la sillería del mismo, la impresionante cúpula del transcepto y, una vez en el exterior, la espectacular puerta del obispo y el macizo campanario.


La catedral

Interior de la catedral
Después de comer descendimos atravesando el Arco del obispo, cercano a la casa del Cid, hacia el Duero. En un banco nos sentamos contemplando con placidez el espléndido puente de piedra. Ascendimos de nuevo por el mismo lugar, al pie de las murallas, y visitamos el castillo. Pasamos por el Arco de la Lealtad, antes de la Traición, por el que dicen penetró en la ciudad Bellido Dolfos perseguido por el Cid Campeador.

El puente de piedra sobre el Duero

Torre y cúpula de la catedral desde el castillo

El castillo

A continuación nos acercamos al Museo de la Semana Santa, cercano a la iglesia de Santa María La Nueva. Si las imágenes de sus pasos causaron nuestra admiración, las peanas de los mismos nos sorprendieron con el minucioso y esplendoroso trabajo realizado por los ebanistas en esas nobles maderas.

Santa María la Nueva

San Cipriano

En la penumbra se adivina la belleza de San Cipriano
Dejamos atrás la Plaza de Viriato con el monumento a éste caudillo y por el mirador de San Cipriano, junto a la iglesia del mismo nombre que se encuentra en obras de restauración,  descendimos hasta la Plaza de Santa Lucía donde se encuentra la iglesia homónima y el Palacio del Cordón sede del Museo de Zamora. Proseguimos hasta Santa María de la Horta, cuyo interior visitamos, dejando atrás la abandonada de San Leonardo y por la zigzagueante cuesta Piñero accedimos a San Andrés, junto al seminario, que también se encontraba cerrada este día.

Santa Lucía, detrás San Cipriano

Santa María de Horta

Interior de Santa María de Horta
Además de numerosas iglesias hemos contemplado espléndidos edificios como el antiguo ayuntamiento en la Plaza Mayor, sede de la policía municipal, el palacio de los Condes de Alba de Liste, hoy parador nacional, el Palacio de los Momos donde se ubica el Audiencia de justicia, el palacio del Obispo y algunos edificios modernistas.

Antiguo Ayuntamiento

Palacio de los Momos

Edificio modernista
Aunque ya estábamos rendidos nos dirigimos, como el día anterior, a la zona de Los lobos, calles entre las de Santa Clara y San Torcuato, donde en medio de un gran ambiente se puede dar cuenta de unas cervezas para acompañar las excelentes y abundantes raciones de chipirones a la plancha, oreja, callos, bacalao, cachuelas (mollejas) etc. que hacen las delicias de la concurrencia. Aunque en la comida habíamos degustado un contundente y colorido arroz a la zamorana, regado con un vino de Toro más que aceptable y estábamos un tanto ahítos, a pesar de ello, hicimos los honores a la oreja y los callos.

Por la mañana, antes de nuestra marcha y después de un desayuno de chocolate con churros en un establecimiento próximo al hotel, descubierto el día anterior, comenzamos nuestro deambular para visitar el interior de las iglesias que nos habían quedado pendientes: San Juan de Puerta Nueva, rematada por la efigie del Peromato y sustentada por dos grandes arcos longitudinales; de la Magdalena con su magnífica portada y su sobriedad y verticalidad interior y la delicia del sepulcro del lado norte; San Cipriano, la más hermosa a nuestro parecer, con su precioso ábside, sus pinturas, su bóveda de madera y sus arcos ojivales; y la extraña San Andrés con un retablo en el centro del templo flanqueado por dos arcos de medio punto, uno a cada lado, que dan paso a sendas naves cuyas cabeceras adornan dos grandes retablos barrocos. 

San Juan de Puerta Nueva

Interior de San Juan de Puerta Nueva

Portada de la Magdalena

Interior de la Magdalena en penumbra

Detalle del sepulcro en la Magdalena

Tras este recorrido final tomamos el coche y salimos en dirección a Tudela por la autovía del Duero. Nos restaban algo más de cuatrocientos largos kilómetros hasta llegar a casa después de estos dos días luminosos en los que hemos disfrutado del grato ambiente de esta pequeña y tranquila ciudad. Dos días intensos durante los que nos hemos empapado del románico imperante, pero también hemos saboreado la buena restauración zamorana y hemos sido testigos privilegiados de la amabilidad de sus gentes. Todo ello nos hace calificar a Zamora como una ciudad altamente recomendable para una pequeña escapada. 


30 comentarios:

  1. Imporesionantes laas fotos Felipe!!!! no conozco Zamora y como bien dices, parece una ciudad muy apetecible de visitar. Y esos callos y esas orejasssss!!!! me das hambre a estas horas de la mañana!!!! Besos mil.

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    1. ¡Ánimo, Liova, tú la tienes bastante cerca para hacer una escapada de fin de semana y los sábados tienes la mayoría de las iglesias, por no decir todas, abiertas! Un Beso

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  2. Qué maravilla de artículo, resumido y a la vez lleno de vida e historia.
    He vuelto a pasear de tu mano por esa bonita ciudad, en la que pasé los primeros 6 años de mi vida profesional, junto al padre Duero. Hasta hace poco me decían que seguía conservando el deje de los zamoranos, cosa que nunca me molestó porque disfruté de unos maravillosos años allí.
    Aunque estuviste pocos días le has sacado el meollo a la ciudad. Si tienes oportunidad no dejes de visitarla en Semana Santa, una joya.
    Eres un artista fotográfico.
    Besos

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    1. Es una satisfacción el que una persona que conoce la ciudad me diga quel le he sacado el jugo en mi visita. En cuanto a la Semana Santa hay dos ciudades donde me gustaría verla, una de ellas es Zamora y la otra Valladolid, pero ciertas obligaciones me lo impiden por ahora. Un beso

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  3. No conozco Zamora, pero me la pintas tan bien que dan ganas de ir a conocerla.

    Un abrazo Felipe.

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    1. Es una de esas ciudades que pasan desapercibidas hasta que las conoces. Un fuerte abrazo

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  4. Yo estuve una Semana Santa con unos amigos Zamoranos. Buena reseña y mejores fotos.
    Un abrazo

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    1. Como le digo a Candi, es una satisfacción que personas que conocen la ciudad me digan que la reseña es válida. Un cálido abrazo

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  5. Aquí estoy acompañándolos en el paseo pero... qué pena que no he podido sentarme a comer con ustedes!
    Saludos Felipe

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    1. Sin duda nos hubieras hecho muy buena compañía con lo que al placer de los manjares añadiríamos el de una conversación entre amigos. Un muy cordial saludo

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  6. Felipe no se puede decir que eres mal fotógrafo, pues has hecho unas magnificas he recordado Zamora perfectamente gracias a ti.

    Saludos madrileños

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    1. Se hace lo que se puede, María, teniendo en cuenta que soy un aficionado. Un saludo cordial

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  7. Ni se ganó, ni se visita y fotografía Zamora en una hora. Magnífico, Felipe. Bellísimo reportaje de tu escapada. El día que vengas a Sevilla, quiero estar cerca de ti para que me explique, para que me enseñes.
    Un abrazo.

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    1. Creo que a ti no tengo nada para explicarte ni enseñarte. Yo solo tengo afición y ganas de hacerlo y tu de ambas estás sobrado. Dicho esto, tengo unas ganas locas de que nos tomemos unas cervecicas juntos. Un fuerte abrazo

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  8. Buen reportaje fotográfico y eso que te quedaron por tomar, las que cerraban por descanso del personal, Felipe después de tu detallada crónica, anoto en mi agenda, “visita deseada” a Zamora en cualquier día y a cualquier “hora”
    Un abrazo.

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    1. Estoy seguro de que no te verás defraudado por la visita turística ni por la gastronómica. Un cálido abrazo

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  9. He estado en Zamora una sola vez, durante una mañana, poco tiempo como para disfrutar lo mucho que ofrece, pero sí recuerdo una curiosidad que se puede ver en la puerta del Obispo, la que muestras en la primera foto, que enfrenta, creo recordar con el Palacio Arzobispal. En dicha puerta, a la derecha, según se mira, hay una cabeza petrificada. Dicen que es la del ladrón Diego Mansilla (he ido a mirarlo, que mi memoria da de sí, pero no tanto) que al parecer llevaba intención de robar un cofre con oro y al tratar de abandonar la catedral la pared se movió y una piedra cayo sobre el labrón decapitándolo y quedando allí petrificada su cabeza. En tu foto, ampliándola, se ve bastante bien, en la hornacina de la derecha. Eso dicen que pasó. Un abrazo.

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    1. Has reconocido y situado perfectamente la puerta del Obispo. Las leyenda nadie me la contó, gracias a tu especialidad ahora ya la conozco. Muchas gracias por la aportación que has hecho a mi reportaje y un fortísimo abrazo.

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  10. Ciertamente, dos días muy bien aprovechados y disfrutados.
    Desde Gran Canaria, un saludo afectuoso como siempre para todos. Ángel

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    1. Sí, Ángel, la verdad es que fueron bien aprovechados y disfrutados. Ya sabes que cualquier rincón de nuestra España tiene su encanto y Zamora tiene muchos rinconcitos y por tanto muchos encantos. Un Cordial aaludo

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  11. Hace unos cinco años visité Zamora, y ahora lamento no haber podido entonces leer tu magnífico articulo, porque sin duda lo habría conocido mejor. Un abrazo

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    1. Hace cinco años yo ni soñaba en conocer Zamora. No me era desconocida pero no había despertado en mi la ilusión por visitarla. Un fuerte abrazo

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  12. No conozco Zamora menos mal que tu me enseñas todas esas ciudades que desconozco, que son muchas.
    un abrazo

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    1. Es agradable saber que esta afición mía sirve para algo. Un fuerte abrazo

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  13. El dicho inicial es de los que me gusta recordar de vez en cuando. Y la excursión magnífica, por ello he recorrido parte del trayecto con Google Map, pero solamente desde el exterior, claro que prefiero tu explicación.
    Saludos

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    1. Emilio, se nota que eres una persona concienzuda. Seguramente en Google encontrarás las cosas explicadas más técnicamente, pero lo que te puedo asegurar es que yo pongo toda mi ilusión para transmitir mis impresiones. Un cordial saludo

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  14. Una entrada sobre Zamora EXCELENTE, Felipe, y lo dice una zamorana que se siente impresionada por esas fotografías que has realizado, por ese texto tan amable con las gentes, el románico y la ciudad de Zamora, y satisfecha porque la hayas disfrutado.

    Un fuerte abrazo, Felipe.

    PD: disculpa la demora en acudir a este espacio (aunque la entrada la leí hace unos días) pero estoy en pleno "puente" vacacional robándole minutos al tiempo, pero no quería dejar pasar por alto el elogiable trabajo que has hecho de "la Bien Cercada".

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    1. Marisa, muchas gracias por tus elogiosas palabras. No tengo que perdonarte nada, al contrario, lamento haberte robado un tiempo precioso a tus descanso vacacional. Un cálido abrazo.

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  15. Me alegro de que te gustase Zamora. Mi madre es de allí y he pasado buenos ratos en esa ciudad. Estoy de acuerdo contigo en que es un lugar muy agradable de visitar.
    Abrazo!

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    1. Es una bonita ciudad para hace una pequeña escapada. Tiene cosas para ver, la gente es amable, y se come bien. ¿Qué más de puede pedir? Abrazos

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Tu comentario es bien recibido aunque sea anónimo. Muchas gracias por tu atención.

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