lunes, 13 de diciembre de 2010

San Gregorio

Hoy he repetido uno de mis paseos favoritos. Tiene alguna pequeña dificultad, pero es de los que te hace sentir satisfecho de haberlo realizado. Esta vez lo he hecho provisto de mi cámara fotográfica para recoger alguna instantánea interesante.

Inicio el recorrido saliendo de la ciudad atravesando los 17 arcos ojivales del puente medieval sobre el río Ebro. Giro a la derecha y sigo el camino que por la margen izquierda, aguas abajo, me conduce hacia la desembocadura del Barranco Grande, desaguadero de las Bardenas. Llego a él dejando atrás los fértiles huertos de Traslapuente y giro a la izquierda hasta situarme en la carretera de Tudela, paralela al río, en dirección hacia Cabanillas,  por la que camino unos quinientos metros.

Primer tramo de la muralla
Siempre por el lado izquierdo, bordeo las deterioradas naves de una antigua tejería y continúo ascendiendo por una pista lleva a la cima del monte Cantabruna. A unos cuatrocientos metros, al pie de un lienzo de la muralla reconstruido de 17 metros de longitud en la que las piedras están colocadas sin ningún tipo de argamasa, en seco, me topo con un panel  informativo sobre el yacimiento arqueológico del Castro de San Gregorio. Prosigo subiendo y llego a otro tramo de muralla similar, de unos 12 metros,  que hace un ángulo. Por supuesto, recojo el consiguiente testimonio gráfico.

Muralla y ángulo
Persisto en la ascensión. La cuesta se hace cada vez más exigente. Un tanto sofocado por la pendiente, me paro a descansar en una zona aterrazada  donde se encuentran los últimos vestigios de lo que fue el poblado de la edad del Hierro. Cercano un foso artificial defensivo. El panorama es espléndido. A mis pies, hacia la izquierda, el Valle del Ebro, al frente el Moncayo coronado de nieve y algo escorada a la derecha la ciudad de Tudela se yergue airosa entre los jirones de niebla y el emergente sol de la mañana.


Restos del castro de la edad del Hierro
Ya repuesto, reanudo el ascenso de nuevo muy riguroso y, por fin, alcanzo la cima. Es una meseta  rodeada de pinos excepto por la parte por la que he accedido. Un depósito artificial para riego nos impide la visión de las Bardenas. En el lado contrario se alzan las ruinas de la desaparecida ermita de San Gregorio Ostiense, mostrando tan solo los restos de algunas de sus paredes.

Ruinas de la ermita de San Gregorio Ostiense
Fue construida esta ermita en 1421. El Cráneo del santo se traía una vez al año a Tudela desde otra ermita de Sorlada, cerca de Estella, en procesión solemne. Tuvo su mayor  esplendor en el siglo XVII y, según Altadill fue saqueada en 1822 y la imagen encontrada en un barranco de las Bardenas.

Me acomodo en unas piedras y reposo al par que respiro el aire fresco matinal, impregnado de olores a tomillo, lavanda y romero mezclado con el de los pinos.

Valle del Ebro
Es hora ya de volver. Lo hago por el camino opuesto al de subida. Rodeo el depósito de riego y desciendo hacia el Barranco Grande dejando a mi derecha las gigantescas hélices de los cercanos aerogeneradores. Cruzo la carretera y por un camino paralelo al de la ida, por entre feraces huertas donde se cultivan con mimo nuestras afamadas alcachofas, llego al inicio del puente, desde el que se percibe la magnífica silueta de la torre románica de la Magdalena.

Llego a casa cansado pero muy satisfecho por la caminata. No se si es malo, bueno o mejor, pero se me ha abierto un apetito… 

7 comentarios:

  1. Me he subido a tus pies, amigo Felipe, y he llevado a cabo la caminata que me está vedada por mí mismo; he disfrutado de las vistas, de los recodos del camino y hasta del aroma de las plantas a nuestro paso.
    Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Hola Felipe, gracias por esta caminata mañanera, a lo largo de cual se respira aire puro y parte de historia que recogen esas murallas.
    Me he sentado contigo a contemplar esas preciosas vistas que recoges en bellas fotos.
    Un abrazo y buen Lunes

    ResponderEliminar
  3. Como siempre, fotos y paseo que compartes y disfruto. Gracias. Beso

    ResponderEliminar
  4. ¡Uf! No me extraña que se te haya abierto el apetito.
    Gracias por compartir con nosotros esa bonita caminata.

    ResponderEliminar
  5. El otro día vi las Bardenas en "Un país para comérselo". Me pareció un paisaje muy original. Geniales tus fotografías; no me extraña que sea uno de tus paseos preferidos.
    Abrazo!

    ResponderEliminar
  6. Cuando estudiaba el bachiller, oi decir (creo que se trataba de San Gregorio Ostense),que era el santo mas listo porque tenía dos cabezas:una en el Santuario para los parroquianos y otra iba por los pueblicos, "para ganarse el corrusco" Ya sabes, los comentarios
    que existen en los pueblos.
    Saludos!!!

    ResponderEliminar
  7. Si no me pillara un poco lejos me apuntaba a tus paseo y sobre todo a tus "papeos".

    Saludos

    ResponderEliminar

Tu comentario es bien recibido aunque sea anónimo. Muchas gracias por tu atención.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...