sábado, 9 de octubre de 2010

Vejer, blanco y azul

Vejer de la Frontera es una bellísima población gaditana situada en una colina muy cerca del estrecho de Gibraltar, a medio camino de la carretera que nos conduce de Cádiz a Algeciras. Semeja una isla de nácar que se funde con el azul del cielo y el mar.

Es uno de los pueblos blancos  más sencillos y hermosos de toda Andalucía, de una blancura impoluta, casi irritante y de una limpieza envidiable en sus calles.

Es una maravilla pasear por sus callejuelas donde el sol, deslumbrándonos con sus encaladas paredes, juega al escondite en increíbles vericuetos ascendentes y descendentes que ponen  a prueba nuestra resistencia.

La visita se hace muy grata. En la práctica totalidad de su recinto amurallado brillan por su ausencia los vehículos, los excrementos caninos  y las horribles pintadas con  las que habitualmente esos anónimos pseudopintores mancillan  las fachadas de cualquier sitio con algo parecido a una estúpida firma.


Un sencillo patio

Otra cosa son sus patios. ¡Qué sinfonía de colores rompiendo la cal! Las puertas permanecen abiertas, tentadoras,  incitando a penetrar para admirar esos espacios recoletos. En uno de ellos, viendo que yo me retenía por un cierto pudor, la anciana dueña de la casa, me invitó a pasar con un afectuoso ademán.

Vejer
Azul




















Antes de continuar deambulando por sus intrincados vericuetos, se impone un almuerzo reparador, saboreando de su cocina tradicional los imprescindibles “pescaitos”

Si accedemos por el Arco de la Segur nos topamos con  la iglesia del Divino Salvador donde podremos observar  la división de la nave central superponiéndose los estilos románico y gótico en una extraña conjunción. Bordeando su muralla, salimos del recinto atravesando el Arco de Sancho IV y por la calle Mayorazgo llegamos a la Plaza de España donde, en una de sus terrazas, resguardados del sol otoñal,  saborearemos un café mientras  escuchamos el murmullo de la fuente imponiéndose a los ruidos del escaso tráfico rodado.


Blanco

Podemos marcharnos con la satisfacción de haber conocido un enclave fuera de lo común.  No resta sino felicitar al Ayuntamiento de Vejer de la Frontera y especialmente a sus vecinos por la exquisita pulcritud con que conservan  su entorno,  haciendo de él un lugar inolvidable.  

7 comentarios:

  1. ¡Tan cerca, Felipe! ¡Tan lejos, Felipe!

    Comprendo y comparto tu emoción al conocer Vejer, pero, ¿y yo? ¿para cuándo? ¡Casi llegamos a rozarnos!

    Un fuerte abrazo.

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  2. Conozco Véjer y es preciosa, con sus casitas encaladas. Tuve a suerte de pasra por ella. Preciosas fotos :)
    Un abrazo y feliz semana

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  3. No conozco nada de sea zona, así que tu recorrido por Vejer ha sido todo un descubrimiento para mí. Las fotos son preciosas, por lo que me imagino la impresión que tiene que dar ver el pueblo, con esas casas tan blancas!
    Me lo apunto para cuando vaya por allí.
    SaLudos!!

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  4. Hola Felipe:

    Entre mis déficit al viajar, está el haber llegado tres veces a España y no haber conocido nada de Andalucía.

    Un abrazo.

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  5. No he tenido la suerte de desplazarme por aquella zona.
    Ségún narras debe ser un encanto.
    Por la parte de Almeria he conocido algunos pueblos típicos
    blancos y con muchas macetas, pero
    no tan bonitos como el que tu bien describes.
    Saludos!!!

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  6. gracias por tu visita. y la verdad que vejer enamora.

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  7. En verdad que se trata de un pueblo precioso.
    Y te has traído buenas fotos; sobre todo la de cabecera, con ese caballete de pintura, un detalle que refuerza el mensaje de la fotografía.

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Tu comentario es bien recibido aunque sea anónimo. Muchas gracias por tu atención.

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