Hoy tocaba quizá la etapa de entrenamiento más larga de todas las que solemos hacer. A las ocho y cinco partimos desde la puerta del Simply, por la Vía Verde del Tarazonica, en dirección a Tulebras. A pesar del fresquito, buena temperatura para la marcha con la claridad del día, recién estrenado, iluminando el camino.
El grupo a su paso por el Km. 9 |
El recorrido es cómodo, prácticamente recto, con un ligero desnivel ascendente apenas perceptible.
Entre cañas |
El perfil dormido del Moncayo siempre a nuestra vista, mirándonos a los ojos. La nieve de su cima se derrama por las laderas pintándose con los tonos azulados del amanecer, mientras las yemas de los árboles más madrugadores alumbran el rosa palo de unos tímidos pétalos.
Las primeras flores |
Caminamos a buen paso y el grupo se va estirando poco a poco. Al paso por Cascante, una pareja de cigüeñas se hacen arrumacos en la altura de sus nidos, indiferentes a nuestra marcha.
Una pareja de cigüeñas |
Dejamos a la derecha la basílica del Romero, desde cuyo cerro se descuelga su arquería de ladrillo al encuentro de las casas de la ciudad.
El Romero en Cascante |
Continuamos caminando y, pasado el kilómetro trece, abandonamos la Vía Verde tomando una pedregosa pista que nos sitúa en las primeras casas de Tulebras.
Nuestra Señora de la Caridad |
Pasamos junto al Monasterio de Nuestra Señora de la Caridad para entrar en la taberna del pueblo, donde ya tenemos reservado sitio para el refrigerio. Son las diez y cuarto, llevamos más de dos horas caminando, y la gazuza ha despertado la fiera que llevamos dentro. Cuando entramos, cuatro policías forales llevan adelantada la faena en una mesa a la izquierda.
Tomando posiciones |
Nos vamos colocando y, al pedir la comanda, fiel a mis convicciones, solicito mi plato habitual: huevos con jamón. Mi compañero se pide unas manitas, no sabe si de ministro o de concejal, que están cojonudas, según comenta después de dar buena cuenta de ellas.
Huevo con manitas de cerdo |
- A ser buenos -dice uno de los nuestros a los forales cuando se marchan. Ellos ríen-.
- Seguro que ahora joderán a alguno -comenta otro-.
Una vez repuestos, emprendemos el regreso. Parece que el yantar nos ha dado alas, a pesar de que volvemos con más peso. Las cigüeñas de Cascante siguen haciéndose carantoñas. Al pasar por Urzante, dirijo la vista al muro verde que resguarda mi huerto. Hay que vigilar la hacienda.
De regreso, agrupados |
Vamos agrupados, con dos adelantados un centenar de metros por delante de avanzadilla. El ritmo ya no es tan vivo; el cansancio se agarra a nuestros talones. A dos kilómetros de Tudela, nos detenemos junto al huerto de José Luis, de donde nos sacan, y no hacemos ascos, un aperitivo de chorizo y ensalada de tomate, al que acompañan con cervezas, vino y refrescos.
El último arranque |
Con este último tentempié recobramos los bríos que hemos ido dejando desperdigados por el camino. Son más de las dos cuando entro en mi casa verdaderamente cansado tras los veintiocho kilómetros recorridos. La ducha me espera.
Me quedo sorprendido de como después de comeros esos platos de patatas con huevos, patas de ministros y otras viandas, podéis seguir con el camino, a mi me parece que más que marchas lo que os gusta es daros y buen desayuno, que menudo es.
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir mientras se pueda.
No te sorprendas, Emilio. Se puede hacer, ¡vaya si se puede hacer! En estas caminatas hay que pertrecharse bien. Abrazos
EliminarMenuda paliza, por mucho que apetezca desayunar por el camino... ¿he dicho desayunar? comidas pantagruélicas, más propias de los ministros que nos gobiernan en la actualidad, que de simples mortales.
ResponderEliminarTengo que añadir que os he seguido por todo el recorrido y no me he cansado nada.
Saludos
Que no, Emilio, que no; que siempre os fijáis en lo mismo. Hay que estar preparado para todo. Date cuenta que el seis de marzo nos esperan cuatro horas de caminar, el siete y el ocho todo el día y el nueve hora y media. El cuerpo tiene que estar bien en forma en todos los sentidos. Un saludo
EliminarUna buena caminata con yantar incluido. ¿existe la envidia sana?
ResponderEliminarYo creo que no, Ester. Yo por lo menos en estas cosas siempre siento puta envidia, por el caminar y el yantar. Abrazos
EliminarMuy sana la caminata, muy bonito el paisaje, pero yo me quedo con ese plato tan apetitoso.
ResponderEliminarUn abrazo Felipe.
También a mi me encantan, pero a la hora del almuerzo soy muy fiel a los huevos con jamón. El lugar por donde hicimos la caminata es muy cómodo; a pesar de ello, los años (y los kilos) se notan cada vez más. Abrazos
Eliminar¡Otro día que me pierdo la caminata y el almuerzo! Con lo primero ya sabes que no puedo, pero a lo segundo puedo desempatar con cualquiera. Gracias por esas imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sabes las ganas que tengo de que tú y yo echemos un mano a mano. Un fuerte abrazo
EliminarBuen reportaje. Hay que caminar si señor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la foto de las cigüeñas. Que a gusto están.
Un abrazo
Además se han acostumbrado a los nidos que les han preparado y ahí no molestan a nadie. En Tudela no hay forma. Abrazos
EliminarQue buen dia de senderismo viendo paisaje precioso.
ResponderEliminarY como es natural el descanso tambien requiere un buen plato como el que nos presentas.
Igual que Katy me ha llamado mucho la atencion de las cigüeñas.
Un abrazo y adelante.
Y además caminata cómoda, larga pero cómoda. Había seis u ocho parejas de cigüeñas en unos nidos preparado y estaban tan ricamente. Abrazos
EliminarPor lo que te suelo ver y leer (aunque no deje mi huella), estás en más que buena forma, por el muco caminar y el más comer, jejejeje!
ResponderEliminarEso está bien, hay que mantener el cuerpo en activo, así se pone en marcha todo lo bueno!
Saluditos!
;)
Yo tampoco comento necesariamente en todos los lugares que leo. En ocasiones estoy espeso y no sé qué decir. Siento lo de tu padre.
EliminarUn saludo
Siempre me gusta leer sobre tus excursiones antes de cenar. Me despiertan el apetito.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Y te lo calman? Porque esa es la cuestión. Mira que si te quedas con hambre... Abrazos
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