Después de nuestra jornada en Split, viajamos por la ribera Markaska hasta llegar al Neretva. Continuamos por la carretera de la margen izquierda, atravesando el rico valle de este río que en esta parte es navegable. Huertos de frutales y verduras a ambos lados. Parecen muy bien cuidados.
Llegamos a Metrovic y tras unos largos minutos de trámites fronterizos, abandonamos Croacia y nos internamos en Bosnia y Hercegovina, otro de los integrantes de la ex Federación Yugoslava.
Las extensiones de viñedos se van sucediendo ante nuestra vista. El paisaje se hace más y más abrupto acercándose las montañas por izquierda y derecha; el valle se va estrechando.
Hacemos una parada en una aldea llamada Procitelj. Una grata sorpresa. Se trata de una población musulmana dentro de esta región, la Hercegovina croata católica. Las calles empinadas y estrechas, cuyas casas parecen encaramarse unas encima de las otras, encaminándonos hacia la mezquita con su altísimo y esbelto minarete. Un torreón luce una gran bandera del país.
En lo alto la fortaleza |
En lo alto de los riscos, sobre los tejados de arquitectura claramente otomana, la fortaleza vigilando el cauce del río. El poblado está reconstruido, no obstante, parte del caserío muestra los horrores de la guerra, verdaderamente terrible en este enclave. Cuesta subir las pendientes calles de escalones empedrados.
Añadir leyenda |
Al pie del torreón que luce la insignia azul estrellada y amarilla, un pequeño mirador con una panorámica impresionante. Esta vez mi cámara fotográfica está en forma y tomo unas cuantas instantáneas.
Desde el mirador |
Descendemos, bordeando la mezquita que permanece cerrada, hacia el autocar para continuar nuestro camino hasta Mostar. Pequeños puestos de productos típicos y souvenirs nos tientan durante el descenso. A pesar de que la moneda del estado es el marco convertible, los precios están marcados en euros. Ya nos había advertido Andria, nuestro guía, que podríamos pagar tanto en kunas como en euros y que nos entenderían perfectamente si les hablábamos en croata.
El caserío |
Dejamos las compras para la ciudad y, después de esta breve e interesante parada, continuamos nuestro viaje.
Gracias por guiarnos en este viaje tan interesante.
ResponderEliminarEs un placer. Gracias a tí
EliminarComo siempre buen reportaje y buenas fotos. Me alegro que hayas disfrutado o que lo sigas haciendo.
ResponderEliminarUn abrazo
El viaje ya se terminó, ahora disfruto de nuevo recordándolo y escribiendo sobre él. Saludos
EliminarHola Felipe!!!! Fantástico!!!! imagino que nos regalarás más entradas acerca de este país tan lejano!!!! Besos
ResponderEliminarPues sí, alguna cosilla más estoy preparando. Un beso
EliminarUn viaje interesante por tierras cargadas de historia. Un abrazo.
ResponderEliminarEfectivamente el viaje fue muy interesante. Un abrazo
EliminarFelipe, sueño con hacer los viajes que ya has hecho y llevar como guía tus reseñas viajeras. Lo describes de forma que invita a soñar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No creas Paco, que yo también he empezado a viajar hace pocos años. En los que sí llevas razón es en lo del doble disfrute: vivirlo y contarlo. Un abrazo
EliminarFelipe, hace unos días que no visitaba tu blog y me estaba perdiendo el maravilloso viaje que has hecho. ya me he puesto al día y he viajado por ese "bosque encantado" en donde abundaban las cascadas y el trinar de los pájaros.
ResponderEliminarSaludos desde Argentina.
Ami me ocurre a veces que entro en los blogs y no se me ocurre ningún comentario que hacer y no lo hago, pero visitarlos sí que los visito. Un saludo desde este lado del charco.
EliminarFelipe, tu visita a Croacia es interesantísima, así como las imágenes que nos muestras de todos los paisajes visitados. Tus viajes resultan siempre entretenidos. Felicidadfes y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias Olegario. Un abrazo
EliminarAparte de las buenas fotos y tus estupendas explicaciones de situación, una curiosidad, ¿Qué impresión de convivencia en ese país, te han dado las dos religiones, Musulmana y Católica?
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy a punto de publicar una entrada sobre Mostar en la que comento este tema. Según nuestro guía local entre los jóvenes que no han conocido la guerra nos dijo que no tenían grandes problemas, otra cosa era entre sus padres y abuelos, ahí el rencor estaba muy presente. Lo que percibimos todos los que viajamos es un odio o desprecio latente. Un abrazo
Eliminar