jueves, 24 de julio de 2014

Aquí nace el mundo


Sí, sí, no habéis leído mal; en este lugar que os voy a mostrar nace el mundo, bueno, el río Mundo, para ser exactos. Pero, no adelantemos acontecimientos y vayamos por partes. Habíamos salido del hotel tras una pequeña siesta después de comer. Me encontraba un tanto amodorrado en el autobús cuando me despertó la voz de nuestra guía Juani informándonos de que estábamos pasando junto a la Laguna Blanca, la primera y de menor profundidad de las de Ruidera, a la que afluye el Guadiana recién nacido.

La sierra de Alcaraz con los últimos rayos solares
Algo más adelante, recorridos unos cuantos kilómetros, comenzamos a ascender el puerto de Las Crucetas,que surca una serie de valles en plena serranía de Alcaraz. 

Dirigimos la vista a una hondonada, por la ladera de una loma, se deslizaba el caserío de Salobre, patria chica del conocido político socialista José Bono. Poco a poco nos fuimos adentrando en la sierra poblada por pinos, carrascas y encinas, junto con jaras, tomillos y romeros. Hicimos una parada en el actual Riópar, sucesor de Fábricas de San Juan de Alcaraz, donde el turismo ha venido a salvar los muebles tras el abandono definitivo de la metalurgia iniciada en 1772, auspiciada por la mina de calamina que dio origen a la factoría para la obtención de cobre y cinc destinados a las fundiciones de latón y bronce.

Maquinaria del Museo de las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz
Tuvimos ocasión de visitar el Museo de las Reales Fábricas de Bronce, contemplando la arquitectura industrial y un conjunto de máquinas muy curiosas. Como la cabra siempre tira al monte, me detuve en la recreación de las oficinas. 

El libro Diario
Allí contemplé con verdadero placer una vieja impresora de rodillo, una preciosa caja de caudales, una antigualla de máquina de escribir y, sobre todo, unos libros contables que me hicieron retroceder medio siglo, recordando aquellos asientos del Diario y del Mayor realizados con una caligrafía redondilla exquisita.

El libro Mayor
Tras este instructivo descanso subimos al autocar y continuamos por una carretera ascendente por el bosque de pinares con destino al nacimiento del río Mundo. Al cabo de ocho kilómetros llegamos a una explanada desde la que continuamos a pie por una pista en la ladera de la montaña que según las indicaciones de un rótulo, nos situaría en el paraje de "Calderetas". 

Rocas calizas nos cierran el camino
Grandes farallones calizos amenazantes escoltan el cauce, escondido en la hondonada de un valle cada vez más angosto.

Cada vez se cierra más el valle
Llegamos a una especie de circo con paredes muy altas, que superan los trescientos metros, cerrando el paso. Un columna de agua, surgiendo de la boca de una caverna situada a más de cien metros de altura, tras una gran caída, va formando sucesivas pozas con cuyo rebosamiento se constituyen nuevas cataratas, en lo que viene llamándose popularmente como los Chorros del río Mundo.

El agua cae desde la altura formando los Chorros del río Mundo
Descendimos hasta unas pasarelas de madera sobre el lecho rocoso para contemplar el espectáculo desde una buena posición. El agua cristalina se deslizaba bajo nuestros pies, saltando entre los riscos e inundando de frescor el paisaje. 

El agua va descendiendo
Di rienda suelta al furor fotográfico que suele asaltarme en tales circunstancias, pero me temo no ser capaz de mostrar fielmente el esplendor de este paraíso. A la hora del retorno, unos cuantos decidimos regresar por el fondo de la cárcava, siguiendo una vereda paralela al curso del río.

La vereda paralela al río
Poco a poco fuimos descendiendo contemplando cómo las aguas dibujaban sorprendentes rincones y recovecos hasta amansarse cuando el cauce se tornó plano. 

Acompañamos al agua en el descenso
El sol, al filtrarse por el entramado boscoso, producía reflejos insospechados en las aguas discurriendo sosegadas entre ruejos.

El agua calmada preparada para desaparecer
Unos metros más adelante el río desapareció y solamente se podían ver los cantos rodados totalmente secos. 

Llegados al autobús, tuvimos que esperar a los más rezagados para iniciar el regreso al hotel dejando atrás un sitio tan fastuoso.

Ahora, ya en casa, trato de imaginar el mismo lugar con la cantidad de agua del año pasado en el que las Lagunas de Ruidera y las Tablas de Daimiel estuvieron en su mayor esplendor. La surgencia producida en la enorme cueva, de la que apenas se han explorado treinta kilómetros, ocasionada por la filtración a través de las numerosas simas y dolimas de la meseta kárstica de los Calares, tras las abundantes lluvias, debió de ser espectacular. Al fenómeno de esta salida de golpe, como una manguera a presión, se le conoce con el nombre de "El Reventón". Lástima que no pudimos ver, en esta ocasión, tan llamativo reventón. A pesar de ello es un rincón lleno de encanto que produce una gran fascinación.

19 comentarios:

  1. No será el principio ni el final del mundo, pero yo me quedaba ahí como si lo fuera.

    Un abrazo.

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    1. No te quepa la menor duda de que ahí estaríamos muy bien, acompañados de buenas viandas. Haríamos una excepción y, en lugar de vino, beberíamos agua. Abrazos

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  2. Interesante reportaje y, con el calor que hace se agradece la sensación de frescor que produce ver tan refrigerantes imágenes.
    Un abrazo.

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  3. Amigo Felipe, extraordinario el paisaje y espléndida cascada, pasasteis un buen día y eso nos vamos a llevar, hay que aprovechar todo lo que podamos, a seguir así
    Un abrazo

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  4. Que preciosidad y que interesante todo lo que nos cuentas. Gracias Felipe.

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  5. Un lugar estupendo en el que estuvi¡e un par deveces hace ya algunos años. Un paraje fantástico.
    Un abrazo

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  6. Puedes estar tranquilo. Puede que una foto no sustituya a la realidad, pero si son buenas inducen a conocer el lugar fotografiado, como es el caso.
    Un abrazo.

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    1. Me gusta incluir fotos mías porque, en ocasiones, no acierto a describir con palabras todo lo que veo.

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  7. Me encanta pasar por tu blog, porque consigues que viaje con la mente a unos lugares que no he visto y por mi edad, jamás podré ver.
    Preciosas y detalladas fotos.
    Feliz verano.
    Abrazos

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    1. Y a mi me encanta que gente como tú me lea. Gracias por la visita

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  8. Me encanta tu redacción.Lo que te leo lo vivo

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  9. Magnífica crónica, como siempre, Felipe.
    Abrazo!

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    1. Siempre tan amable. Es una delicia tener semejantes lectores. Abrazos

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  10. El viaje era a las Lagunas de Ruidera, pero dio mucho de sí.

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Tu comentario es bien recibido aunque sea anónimo. Muchas gracias por tu atención.

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