domingo, 11 de noviembre de 2012

Turiaso

Cubierto y llovizna, esta era la previsión del tiempo para este día, pronóstico que se cumplió. Tras un corto viaje de veinte minutos, dando un salto de la Comunidad Foral de Navarra a la de Aragón, el autocar nos dejó en la glorieta de la que arranca el Paseo de la Constitución en el que ya nos esperaba la guía que nos va a ilustrar durante nuestra visita a nuestra vecina Tarazona, la Turiaso romana.

Junto al pretil de uno de los puentes que cruzan el río Queiles que atraviesa la ciudad muy bien encauzado, le escuchamos una breve introducción dándonos cuenta de la historia de la ciudad. Acto seguido comenzamos la visita de la misma encaminándonos, con los paraguas abiertos, a la Plaza de España.

Nos encontramos de frente con la fachada del Ayuntamiento de la ciudad edificado a mitades del siglo XVI para servir de lonja, granero y mirador. Se trata de un edificio de tres plantas, la última con una galería plateresca copiada en la restauración efectuada en 1972 del sobreclaustro del Monasterio de Veruela.

Fachada del Ayuntamiento

Debajo de la galería un magnífico friso de yesería del siglo XVI que representa la entrada del emperador Carlos I de España y V de Alemania en la ciudad de Bolonia acompañado de todo su séquito. Bajo este friso, restaurado en el año 2000, se encuentran las figuras en relieve de Hércules, Pierres y Caco, personajes de la mitología e historia de la ciudad. Decorando la puerta las figuras de la justicia y la prudencia y sobre ellas los escudos de Aragón, España en tiempos del Emperador y de Tarazona.


Detalle del friso

Proseguimos el recorrido por la judería, donde podemos contemplar sobre ella, apoyadas en los restos de las murallas del barrio del Cinto, las casas colgadas a las que se accede por la calle Conde.

Casas colgadas sobre la judería

Llegamos a la plaza donde se encuentra el Palacio Episcopal. Un mirador nos proporciona una excepcional vista de la ciudad en que se aprecian en primer término el santuario de Nuestra Señora del Río y la antigua plaza de toros; al fondo la catedral con la torre y la cúpula del cimborrio, ambas de estilo mudéjar.

La ciudad desde el mirador de la Magdalena

Cierra uno de los lados de esta plaza la iglesia de la Magdalena con su ábside románico circular y la esbelta torre mudéjar. Según algunas opiniones, en su solar se edificó un primer templo visigodo con rango de catedral que más tarde se convirtió en mezquita durante la dominación musulmana. Después de la reconquista de la ciudad por Alfonso I el Batallador, se construyó en el siglo XII, una nueva iglesia que, a lo largo de los siglos, ha sufrido varias  transformaciones profundas.

Iglesia de la Magdalena con su torre mudéjar

Penetramos en su interior y nos sorprende la clara división de las tres naves totalmente desiguales, fruto de una remodelación de finales del siglo XVII. La central más elevada con bóveda de cañón y lunetas, la del lado de la epístola mucho más baja también con bóveda de cañón y la del evangelio nos muestra, apoyada en arcos apuntados, la antigua techumbre de madera de que fueron dotadas las tres naves a principios del siglo XV cuando se reconstruyeron con ladrillos.


Techumbre de madera de una de las naves

Pasamos a visitar el palacio episcopal, asentado sobre la antigua Zuda,  donde resalta su patio central y el Salón de los Obispos, cubierto por un artesonado mudéjar, en el que se encuentran los retratos de todos los obispos que ha tenido tan antigua diócesis. Experimentamos que el suelo de esta sala parece moverse.

Patio central y escalera del palacio episcopal

Residencia temporal de los reyes de Aragón, se convirtió en palacio episcopal  desde finales del siglo XIV. Consta este palacio de edificaciones medievales, renacentistas y barrocas, destacando la fachada sur por sus arcadas de cimentación y la triple galería de arquillos, además de la del oeste decorada con una estructura de retablo de ladrillo y yeso en el lado derecho, el que se ve desde el río y el antiguo camino de Castilla.


Fachada sur del palacio episcopal

Descendemos de lo alto del Barrio del Cinto en el que se encuentran los dos edificios visitados, cruzamos de nuevo el Queiles y pasamos a contemplar la antigua plaza de toros. Es un edificio octogonal constituido por 32 viviendas, habitadas desde su inicio. Tiene planta baja y tres alturas, con ventanas en el perímetro exterior y en el interior grandes arcos sobre pilares ochavados. Las arcadas del interior hacen las funciones de palcos. Finalizó su construcción en 1792 y se celebraron festejos en ella hasta 1870 en que se construyó la plaza de toros actual. Es conocida también con el nombre de Plaza de los tocinos porque en ella se celebraba el mercado de estos animales. Hoy en día, en este sitio, tienen lugar numerosos eventos musicales.

Plaza de toros vieja

Seguidamente, disfrutamos de unos minutos de descanso hasta la hora en que tenemos prevista la visita de la catedral, tiempo que aprovechamos para tomar un tentempié, adquirir el correspondiente dedal de colección y  detenernos para hacer una pequeña inspección a la hermosa ermita de Nuestra Señora del Río que nos cae al paso entrando en su interior.

Ermita de Nuestra Señora del Río

Después nos acercamos hasta la catedral y me entretengo en hacer unas fotos de la extraordinaria cúpula mudéjar de su cimborrio, a la espera de que comience nuestro recorrido por Santa María de la Huerta, advocación bajo la que se ampara este templo que ha permanecido cerrado durante cerca de treinta años para su restauración, todavía no concluida, de cuya visita daré cuenta en una próxima entrada.

18 comentarios:

  1. No conozco Tarazona y tengo una buena amiga que es de allí. Claro hay tantos sitios que no conozco:-)
    Bella imágenes. Me han gustado mucho las casas colgadas sobre la judería. Buen reportaje para situarse.
    Un abrazo y buena semana

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    1. Ya lo ves, no solo en Cuenca hay casas colgadas. Tarazona es una ciudad muy apetecible para visitar y además también se come muy bien, si por ende se encuentra a veinte kilómetros de Tudela ¿qué te voy a decir?. Un cálido abrazo

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  2. Además de un excelente relator de viajes eres muy buen fotógrafo.
    Felipe, a seguir viajando y contándonos lo que ves.
    Que tengas buena semana

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    1. Desde luego por ganas no ha de quedar. Me encanta viajar y luego disfruto haciendo los relatos. Un saludo

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  3. Pese a que he estado en varias ocasiones en Tarazona, nunca me la habían explicado con tanto detalle y de paso he aprovechado para pasear con Google View, por parte de sus calles.
    Saludos

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    1. Entre Tudela y Tarazona siempre ha habido una relación excelente y he estado en numerosas ocasion, sin embargo es la segunda vez que la visito detenidamente y merece la pena. Un saludo

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  4. Cuánto arte por nuestra España, verdad???? Unas maravillas las que hoy nos muestras y más si son de Aragón!!! jejejejeje!!! Besicos de una extremaña!!!!

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    1. Cierto en todas partes hay algo que merezca la pena verse. En el caso de Tarazona es muchísimo y más ahora que la catedral está abierta al público después de permanecer cerrada casi treinta años. Para mí ésta era una maravilla desconocida. Besos

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  5. Maravilloso tu repotaje sobre la Turiaso romana, hoy Tarazona. Y como siempre expléndidas todas tus fotografias.
    Me han gustado mucho las casas colgadas, la fachada del Ayuntamiento, etc. En fin todas ellas. Das una muestra de la maravilla que encierran tus paisajes y detalles a través de tu cámara. Felicidades y un fuerte abrazo.

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    1. Me satisface saber que he logrado suscitar un cierto entusiasmo con mis relatos de lugares que visito. Quizá sea porque no se trata de los escritos de un erudito sino de un viajero muy común y curioso. Un abrazo Olegario

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  6. Hoy nos hablas, con tu bella caligrafía, de una ciudad que no conozco y con la que me has hecho disfrutar. Gracias, Felipe, por tan detallado y pulido estilo viajero.
    Un abrazo

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    1. Paco, Tarazona es la cuna de tu tocayo Paco Martínez Soria y de la cantante y actriz Raquel Meller. Está ciudad aragonesa está situada a los pies del Moncayo y tiene aproximadamente 11.000 habitantes. Dista de Tudela 22 kilómetros y ha sufrido en sus carnes el voraz centralismo de Zaragoza viniendo muy a menos. Un abrazo

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  7. Yo pensaba que eso de las casas colgantes era exclusivo de Cuenca, ¡la de cosas que desconozco! Al menos tú me enseñas algunas, y por ello te estoy muy agradecida.

    Un abrazo Felipe.

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    1. Ya ves, Elena, las de Tarazona no están colgadas sobre un abismo sino encima de los restos de una muralla y debajo está la judería. Es un lugar que tiene mucho encanto. Un cálido abrazo.

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  8. Felipe me estás dando a conocer unos pueblos que ni siquira sabía que existían.

    Oye esas excursiones organizadas donde las encuentras?
    Un abrazo

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    1. Nos pasa a todos, Chelo. Las excursiones las organiza la junta de la asociación de jubilados a la que pertenezco, tenemos una mensual de un día, lógicamente a lugares cercanos, además de esto este año han organizado una semana en Las lagunas de Ruidera, otra en Gijón y otra en Córdoba y Sevilla; también se han hecho dos al extranjero de 8 días, una a Croacia y otra a Sicilia. Como puedes ver estamos bien surtidos para elegir ya que, como es natural, a todas no se puede ir. Un fuerte abrazo.

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  9. Yo tampoco he estado en Tarazona, aunque había visto alguna foto, y creo recordar que alguna de la antigua plaza de toros, que me parece, aunque no me hagas mucho caso, tenía un aspecto distinto. Ahora parece muy rehabilitada, tan rehabilitada que parece nueva y sin personalidad. Tu reportaje, como es norma, fenomenal. Un abrazo Felipe.

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    1. Si, tenía un aspecto mucho más vetusto, pero en sí no ha cambiado mucho. El maquillaje hace rejuvenecer. Un abrazo

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