viernes, 19 de noviembre de 2010

Última escapada del año

Ha salido un día radiante, soleado. El Moncayo, con su nívea capa recién estrenada preside una mañana donde el astro rey absorbe los vestigios fríos de la noche haciendo desaparecer, humeante, la rosada que cubre los alcachofares.

Calor dentro del autobús mientras la autopista discurre en paralelo rompiendo la marea ocre, rojiza de los viñedos. Las conversaciones se van quedando en el olvido, entretanto nos va dominando un placentero sopor, arrullados por el suave y sedante ronroneo del motor. Apenas ha transcurrido una hora cuando debemos despejarnos saliendo de nuestro confortable adormecimiento. Estamos llegando a la capital riojana.


Recogemos a nuestra guía e iniciamos la visita panorámica de la ciudad. En escasos treinta minutos finalizamos el recorrido y nuestro transporte nos deja situados en la plazuela del Marqués de Murrieta. Desde este lugar iniciamos nuestro callejeo por el casco antiguo de la ciudad.


Puerta Nueva



Comenzamos contemplando el escaso lienzo de la muralla que ha sobrevivido, cruzamos el dintel blasonado de la puerta nueva en sentido contrario al que lo hacen los peregrinos del camino de Santiago y nos topamos con un monumento en homenaje a la “valvanerada” frente a la sede del parlamento de La Rioja. De la antigua fábrica de tabacos, erigida en el primitivo convento de mercedarios, solamente resta la chimenea.


Iglesia de Santiago


Caminamos soportando el frío matinal por la Rúa vieja en plena restauración  y llegamos a la iglesia de Santiago. Remata su fachada barroca un gran relieve de Santiago matamoros que nos domina desde las alturas atemorizándonos con hacer caer las enormes cabezas cercenadas que pisotean los cascos de su caballo. Es una construcción de una sola nave y en su interior destaca un  retablo del siglo XVIII dedicado al mismo apóstol.

Imperial iglesia de Nuestra Señora de Palacio

Posteriormente visitamos la Imperial iglesia de Santa María de Palacio. La figura de su aguja barroca octogonal es parte fundamental de la silueta de la urbe. Fundada sobre el palacio de Alfonso VII fue la primera sede castellana de la Orden del Santo Sepulcro.  Resulta un tanto obscura, a pesar de sus tornasoladas vidrieras, debido a que la lucerna de su aguja está cegada. Cuenta con elementos arquitectónicos de diversas épocas y entre sus imágenes destaca una pequeña Virgen del Ebro.


Iglesia de San Bartolomé

Continuamos con la iglesia de San Bartolomé de la que, debido al culto que se está llevado a cabo, solamente podemos contemplar su fachada con un deteriorado grupo escultórico reflejando la vida y martirio de este santo. Iglesia construida entre los siglos XII y XIII  y reformada en el XVI en el que se le añadió la torre mudéjar con un cuerpo de sillería y el superior de ladrillo.


Concatedral de Santa María la Redonda

Finalmente, por la calle Portales, llegamos a la concatedral de Santa María la Redonda con sus dos torres barrocas. Están divididas en tres tramos: una base cuadrangular, sobre ella otra octogonal y se remata con una tercera circular. Es sede compartida de la diócesis de Calahorra/La Calzada-Logroño, a pesar de que su obispo nunca haya residido en ella. En mi modesta opinión, poco a destacar en su interior salvo un pequeño cuadro de Miguel Ángel representando un calvario en el que se encuentra una Magdalena a la que parece haberle crecido un tercer brazo.  

La famosa calle del laurel

Aquí terminamos de visitar el escaso patrimonio artístico de Logroño y acto seguido nos dedicamos con entusiasmo al otro, al gastronómico. Guiamos nuestros pasos por las calles San Agustín, Travesía del laurel y Laurel degustando sus excelentes pinchos y vinos.


En un céntrico asador saboreamos las patatas a la riojana, una buena ensalada y unas sabrosas chuletas de cordero a la brasa.


En el anochecer se recorta la figura del General Espatero

Reconfortados, damos un paseo por la Gran Vía y por el Espolón donde nos detenemos a admirar los mentados y generosos atributos del caballo de Espartero. Tras ello, acudimos a nuestro centro de reunión, la plaza del Marqués de  Murrieta, tomamos el autobús e iniciamos el regreso a casa.

Y esto es todo lo que ha dado de sí esta excursión que nos ha hecho pasar un ameno día en la capital de nuestra vecina Comunidad de La Rioja,  en la grata compañía de nuestros amigos de Albea.  

martes, 16 de noviembre de 2010

Homenaje de otoño

Mi tarjeta para asistir al homenaje
Nuevamente la Orden del Volatín nos invita a los tudelanos a participar en una cena homenaje a la “Elástica Tudelana”. La primera edición tuvo lugar el 30 de noviembre de 1971, organizada por esta misma agrupación. El año siguiente se encargaron “Los Camastrones” y el siguiente la “Peña La Teba. Tras unos años de celebración, decayó y nuevamente fue retomada en 1986 por la misma entidad que inicialmente la puso en vigor.

La Elástica Tudelana es una chaqueta de punto de lana negra, ribeteada en trencilla, con una fila de botones, una pequeña solapa y un bolsillo a cada lado. La espalda y las mangas están confeccionadas en el llamado punto ingles y en el delantero se combinan el punto inglés y el punto de arroz a franjas verticales, estas últimas de unos cinco centímetros de ancho. Antaño era elaborada a mano por las mujeres. Actualmente es sumamente difícil conseguirla.

Delantero de la elástica

En un principio fue empleada por los trabajadores del campo, luego se extendió a otras personas y su uso se fue propagando llegando incluso a catalogarse como prenda típica de la ciudad. Aún suele verse, en ocasiones, a algunas personas luciendo este característico atuendo pero, de hecho, ha quedado prácticamente en el olvido. Solamente una vez al año, con ocasión de esta dedicación, son numerosos los tudelanos que la utilizan para asistir a este acto donde es ineludible llevarla puesta. Su complemento habitual es  una camisa blanca. Como ya he dicho, originalmente se trataba de una prenda masculina, sin embargo en la actualidad, por eso de la igualdad, disfrutan de ella mujeres y hombres puesto que ambos acuden a este ágape en el que es obligatoria esta indumentaria.

Espalda de la elástica

Tradicionalmente la minuta de este evento, normalmente un viernes de noviembre, se elabora con productos de la zona, donde no suelen faltar los cogollos y las alcachofas, pero hay dos platos que son imprescindibles: la sopa de ajo y el postre consistente en nueces, queso y dulce de membrillo. Inexcusablemente el maridaje de esta colación se realiza con vinos denominación de origen NAVARRA.

Homenaje del año 2009
Es costumbre inveterada homenajear también a algún personaje popular o institución como Cruz Roja etc. Este año le ha correspondido a Protección Civil de Tudela por la labor que desarrolla en nuestra Ciudad.

Si alguien se siente un si es no es inapetente le sugiero la carta que, con motivo de este suceso, se va a servir y se incluye en la tarjeta que a continuación reproduzco, apta para acceder a esta cena. Inevitablemente su lectura le producirá un cosquilleo y una desazón que le arrastrará irremisiblemente a ese pecado capital tan placentero como es la gula. Dice así:

XXIV Cena homenaje Elástica Tudelana 2010
LA ORDEN DEL VOLATIN
fiel servidora de guardar, et defender, et mantener, usos costumbres et tradiciones en todo tiempo de nuestra vida sin corrompimiento nenguno, meillorando et no apeorando en todo ni en partida, al igual que agnos multos, hace partícipe agora a los gentileshomes et bellas damas de la ciudad, amigos todos del buen gusto et gran don, de un homenaje a la ELASTICA TUDELANA, en son de título bueno et prestos a estimailla.
Para ello celebramos un buen yantar el viernes 19 de noviembre, a las nueve y media de su noche, en el Hotel Tudela Bardenas, de soberbísimo aparato et gostosísimos platos, entre un cuartal de hogaza et vino de la Ribera, con el consiguiente menú de las cocinas de antaño:
Ensaladas de la tierra
Sopas de ajo
Alcachofas de Tudela con hongos
Cordero al chilindrón
Queso, nueces y carne de membrillo
Vinos Blanco y Tinto: Príncipe de Viana
Café y copa
  •  Acabado el homenaje a la Elástica Tudelana se realizará sorteo de premios y entonarán Jotas de nuestra Tierra
  • Para la cena imprescindible presentación de tarjeta y chaqueta Elástica

¡¡Buen provecho!!

Bibliografía:
Luis Mª Marín Royo: Celebraciones a lo largo del año

lunes, 15 de noviembre de 2010

El Liceo de Tudela

Hace unos días en una conversación de sobremesa salió a colación el Liceo de Tudela. Pocos teníamos conocimiento de la existencia de esta institución ya desaparecida.

Entrada y escaleras del Liceo

En la calle de San Nicolás se encontraba un antiguo palacio que en su día perteneció a la noble familia tudelana de los Montesa. Desde su portón abierto, se podía contemplar un hermoso patio con una escalera dividida en dos tramos que conducía a una galería con tres arcos. Al pie de esta escalera había dos soberbios escudos.

En la pieza principal de la casa, un bello salón artesonado, se reunía un grupo de jóvenes románticos para celebrar sus veladas que consistían en lecturas literarias, audiciones de conciertos musicales, exposiciones pictóricas e incluso funciones teatrales.

Estos actos, que se celebraban en la intimidad con la asistencia de las familias más distinguidas de la sociedad tudelana, adquirieron tal prestigio que sus componentes se vieron en la necesidad de regular su actividad y a este fin redactaron un reglamento. Su Junta General, el 23 de marzo de 1872, aprobó los que hoy serían los estatutos de una sociedad a la que se llamó Liceo Artístico-Literario de Tudela, cuyo domicilio social estaba situado en el número 5 de la mencionada calle de San Nicolás.

Casa vecinal en el solar del Liceo
Yo tengo un vago recuerdo de un vetusto caserón muy deteriorado al que todos llamábamos el liceo sin saber muy bien por qué. Fue derribado en la década de 1960-1970 y en su solar se levantó una casa vecinal y un estacionamiento público. De su viejo esplendor no quedó ni rastro.

Bibliografía:
Bocetos de historia tudelana
El comer y beber en Tudela . Luis Mª Marín Royo (fotografía)  

domingo, 7 de noviembre de 2010

Tarde otoñal


Hace una tarde magnífica. El otoño, envidioso del resplandor cálido del verano, se ha vestido de rayos dorados inundado los campos de una luminiscencia que en nada tiene que envidiar a la de la estación precedente.


Como tenemos preparada mermelada de ciruela para cocer, a media tarde, nos hemos dirigido al huerto para realizar esta labor allí con toda tranquilidad. Previsoramente he recogido mi pequeña cámara fotográfica digital.

Por la carretera me ha sorprendido una extraña imagen del Moncayo: una estilizada nube blanca lo divide horizontalmente mientras una gasa brumosa se descuelga ocultándonos su falda. Aún he llegado a tiempo para captarla con mi Canon Power Shot. Ahí os la dejo como curiosidad.


Moncayo partido

He preparado mi industria conservera y como tenía muy pocas ganas de hacer nada más, contagiado de ambiente tan apacible y semejante bonanza, me he dedicado a hacer unas cuantas instantáneas con más o menos fortuna, algunas de la cuales os ofrezco de muestra.


Mis Verde doncella


Mis membrillos

Sinfonía cromática

Se me pasa el tiempo en unos clicks sin darme cuenta de ello. Apago el fuego porque los botes ya han hecho el vacío y sigo disparando.


Magnolia

Reflejos en el coche

Los últimos rayos bermejos del sol van desapareciendo lentamente tras las choperas azafranando la silueta del Moncayo. Mientras mi mujer termina de regar las flores, recojo los utensilios empleados y, acabada la faena, subimos al coche y retornamos a nuestro domicilio.


Atardecer moncaino

Ha sido una tarde verdaderamente agradable y provechosa. 

jueves, 4 de noviembre de 2010

Nocturno

Son las cuatro de la mañana  y todavía no he conseguido conciliar el sueño. La “loca de la casa” anda suelta a su aire y no me deja pegar ojo.

Media vuelta hacia la derecha. Las manzanas se está cayendo todas al suelo, ¡menos mal que se nos ocurrió hacer compota en conserva!... El gato está sin comida, a ver si me acuerdo y le llevo algo de pienso. Tengo que escribir algún post de Gibraltar antes de que se me vaya de la memoria… Las cuatro y media.

Ahora, giro a la izquierda. Tengo que arreglar la gotera de Urzante. Y el problema del calentador que no funciona… el que he visto en el “híper” encaja bien con las medidas. La semana que viene comenzaré a andar. Me puedo llevar la cámara de fotos, conviene ir armado por si salta la liebre.  Mañana, bueno hoy, me cortaré el pelo…Casi son las cinco.

Boca arriba. Qué cantidad de conejos había en el campo del vecino. La hiedra también convendría cortarla cuanto antes. No sé cuando abrirán el trujal, las olivas ya pintan. Hicimos buena labor cortando la leña. A esta posición se le llama decúbito supino, la contraria es decúbito prono.  ¡Qué calor! … Las cinco y veinte.

Nuevamente a la izquierda. ¿Y si me levanto a escribir algo? Tengo que comprarme alguna ropa de abrigo. El mando a distancia del coche no va bien. Sería conveniente pintar la puerta del huerto antes de que se oxide. También puedo leer un rato… Con el del banco creo que he quedado a las nueve y media… Las seis menos cuarto.

Derecha, esto será debido al cambio de hora… izquierda, porque café no he tomado….derecha… Riiiiiiing…riiiiing… las siete y media…riiiiing…riiiiiing…extiendo la mano hacia el teléfono…

- ¿quién es?
- ….
- ahora se lo digo a tu hermana.

¡¡Joder, ahora que había cogido el sueño!!


Felipe Tajafuerte
2010

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